Taehyung y Jimin han logrado llevar una vida "normal", pero como siempre se terminaron aburriendo y, por lo tanto, recurrieron a lo que siempre hacían cuando se decaían, buscar más almas como ellos, sin embargo, esta vez un chico capta la atención d...
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— E-em, no, no me asustaste, s-solo, estoy muy ocupado, ¡perdón! — y con eso debería estar salvado, pero no.
— ¡Espera, por favor! Yo solo quería preguntarte si sabías el número de el mecánico del edificio, es que en administración ya se fueron, así que esperaba que me lo pudieras pasar. — Jungkook era un buen chico, pero sabía que cartas tenía a su favor, y uso una de las más poderosas, "la cara más tierna existente en el mundo que derrite corazones y hace que caigas a sus pies", nombre dado por Yoongi.
— Y-yo... — y claro, Taehyung no iba a ser la excepción, su rostro se puso rojo intenso y comenzó a caer ante ese salvaje conejito. — B-bueno — pensó que tal vez, si se lo daba rápido, no habría problemas.
— Gracias. — agradeció con una sonrisa.
Apenas entraron Jungkook se sintió asombrado de toda la decoración que el departamento poseía, porque aun con su decoración tan delicada, se seguía sintiendo acogedora, parecía cómoda.
— Wow, tu casa, es muy... Linda — para Jungkook, era un lugar muy bonito, alguna que otra idea le había llegado de inspiración para su propio hogar.
— Gracias, — respondió intentando ser cortante, él no podía estar haciendo esto, todo por su suave corazón — ten, — le acerco una hoja de papel arrancada — ahora, por favor...
— Oh! ¡Gracias! — y aquí entra la cara más tierna existente en el mundo que derrite corazones y hace que caigas a sus pies 2.0, ahora con mucha más ternura incluida. Jeon Jungkook era un manipulador.
— Esta bien. — dijo en un casi susurro y entre tartamudeos, se sentía tan pequeño e inseguro. Taehyung estaba muy confundido, ¡¿cómo alguien es tan lindo!? Solo quería meterlo en una caja y llevárselo lejos.
— Bueno, disculpa la intromisión, me voy, nos vemos pronto vecino~. — se despidió con su siempre presente aura alegre y llena de ganas de vivir.
— Sí, claro.
Donde las venden, compraría por mayor.
Pensó Taehyung, que solo alcanzo a darle una reverencia. Y tan pronto como Jungkook abandono el lugar, Taehyung volvió a la realidad.
—¿¡SI, CLARO!? — Kim Taehyung la había cagado de nuevo — No, no, no, no, no, ¡NO! — empezó a reclamarse a sí mismo, no podía estar hablando con alguien vivo, y menos con su vecino, si él llegaba a recordarlo no podría con la culpa. — Agg... ok... Está bien, relájate, lo único que tengo que hacer es ignorarlo, ¿no? Será fácil, y después me iré a otro departamento, sí, eso es lo que haré, nada puede salir mal.
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