¡Vive por mi!

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En el reino de Xian Le había una estricta regla que nunca podía ser rota.

No asociarse con el mal.

Tal vez había normas como las de no robar, no matar entre otras, pero si había una que no podía ser nunca tolerada era la de asociarse con el mal.

El reino de Xian Le era pacífico y el más grande del país, era conocido por sus grandes reyes y su hermoso príncipe Heredero, Xie Lian.

Nadie conocía al príncipe Xie Lian, pero se decía que era el ser más puro del reino, un príncipe que ni siquiera el sol podría manchar, tan cercano a dios que era la gloria personificada en persona.

Toda la gente creía en su príncipe Heredero, lo veían incluso como la mano de dios, es por eso que los ciudadanos algunas veces le rezaban a este príncipe Heredero, poniendo su imagen o al menos la que las personas pintaban en sus casas, algunos decían que tenía contacto directo con Dios e incluso lo veneraban más que al mismo papa.

Con su piel tan blanca como la nieve, parecía que era una deidad caminando entre los hombres, su gloriosa corona y su magistral espada brillaba con mucha intensidad cuando era desenvainada y daba algunos movimientos al aire, el poder de la espada parecía una bella ave bailando, e incluso era como si las olas del mar cortaran el viento.

Lo único que se sabía del príncipe Xian Le era lo que se difundía por las bocas de los sirvientes del palacio real, así que los ciudadanos no tenían una imagen exacta del príncipe Heredero, sin embargo aún así lo intentaban pintar acordé a lo que escuchaban.

La primera vez que el pueblo de Xian Le vió a su príncipe fue el día en el que el festival del reino había llegado.

Todo el reino de Xian Le rodeaba el castillo, empujandose unos a otros para poder ver, los que alcanzaban estaban sentados en las gradas a varios metros del suelo y otros en la parte baja parándose de puntillas para al menos tener el honor de verlo. Las gradas no eran tan altas, pero si uno caía probablemente se fracturaria algo o si caía mal podía morir, es por eso que las personas que estaban sentadas ahí, tenían cuidado de no caer.

El príncipe estaba danzando con su espada mientras daba algunas estocadas al "feroz dragón" falso que enfrentaba. La magia oscura, la brujería y cualquier tipo de monstruo eran lo peor del mundo, pero sobre todo los dragones, aquellos seres que de repente atacaban a los reinos sin razón alguna, escupiendo fuego, veneno entre otras cosas a dónde quiera que iban, sin duda eran la peor cosa que podían existir.

Sus blancas ropas con adornos dorados acompañado de su capa que colgaba de unas hombreras, se ondeaban en el aire mientras el chico que estaba disfrazado de dragón imitaba los sonidos de un dragón, con su traje hecho de piel del animal, lanzaba estocadas mientras sus guantes tenían las garras del viejo Dragón que había atacado Xian Le.

Esta representación era acerca de la vez que el reino había sido atacado por las criaturas malignas guiadas por el dragón Gudu que se habían adentrado al reino para atacar al castillo.

Este dragón era el más temido del país, era tan codicioso que quería todas las riquezas para el mismo, su tamaño podía igualar el de un castillo, sus escamas rojas brillaban ante las llamas rojas que soltaba y sus ojos rojos parecían ser el infierno en vida.

Muchos decían que había surgido del abismo infernal,está era una grieta que cada cierto tiempo se habría dejando salir a temibles dragones que derrocarían reinos enteros, Gudu fue uno de estos.

El antíguo rey Xie Yi, el abuelo de Xie Lian, enfrentó a este dragón cuando invadió el reino, matándolo mientras él mismo perdía la vida. Desde ese día, las criaturas malignas nunca más se acercaron, temiendo que su destino fuera igual o incluso peor que el de Gudu.

El Príncipe CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora