Justo en aquel momento, cuando sus ojos se encontraron y el tiempo se detuvo. Xie Lian por fin, sintió como su corazón se liberaba de mil ataduras que lo habían oprimido por tantos años.
Sus labios se curvaron hacia arriba y pudo sentir la humedad en la esquina de sus ojos, el joven enfrente suyo se veía diferente al niño harapiento que había rescatado de la muerte, sin embargo, era tan hermoso y bello como aquella vez que lo cuido.
-Hong-er -dijo entre susurros, estirando su mano y acariciando el lado cubierto de su cara, ya no tenía las vendas envueltas en su rostro, así que con un solo movimiento de dedo pudo ver aquel hermoso ojo que se reflejaba escondido en el cabello.
-Su alteza -volvió a escuchar y no pudo evitar sonreír aún más, se sentía tan aliviado de que estuviera bien, después de todo, pensaba que había muerto y no podía dejar de culparse de aquello.
-¿Dónde has estado? Estaba preocupado yo -y en ese instante se calló.
Sabía que aunque Hong-Er estuviera bien, era imposible que lo fuera a ver.
¿Porque volvería a acercarse a los humanos si estos lo habían dañado?
Realmente estaba bien que hubiera huido y nunca regresado, era mejor así. No importaba si habían hecho un lazo cercano, era egoísta que Hong-Er se expusiera por él.
-Yo quería regresar a verlo -tal vez su rostro delataba todas sus inseguridades pero rápidamente todos sus pensamientos fueron opacados por la voz juvenil del dragón- pero, estuvo tanto tiempo encerrado y era imposible pasar la seguridad, por más que intente pasar en encubierto, nunca lo logré. Cuando escuché por las criaturas del bosque que usted iba a salir a cazar, me asegure de venir a verlo aunque no tuviera la intención de mostrarme, usted es tan audaz que logró escucharme aún cuando fui lo más sigiloso posible.
-¿Las criaturas del bosque te dijeron?
Hong- er asintió feliz, como si acabara de enseñar algo increíble, Xie Lian también se emocionó y miró a su alrededor.
En ese momento el dragón se levantó y tomó delicadamente la mano del otro, Xie Lian traía un guante que ahora estaba manchado de sangre, y quería alertarle a Hong-Er pero pareció no importarle.
El viento sopló fuertemente y la brisa fría le heló unos segundos. Podía ver unas cuantas luces a su alrededor; sin embargo, el dragón enfrente suyo se movía muy rápido que no le dejaba tiempo de mirar, incluso se sintió mareado unos segundos hasta que finalmente llegó al centro de algo.
Enfrente suya había una cueva y encima de esta un gran árbol crecía hasta perderse de la vista, el sol entraba por la copa de los árboles y se situaba en el medio alumbrando diferentes lugares del sitio, donde podían verse mariposas flotando y danzando hasta perderse de la vista.
Algunos mosquitos y aves podían escucharse a la lejanía, la vista era muy mágica, además de que a lo lejos podía escucharse un cuerpo de agua fluir.
-Hong-Er ¿Qué es esto?
Los ojos de Xie Lian se iluminaron cuando una mariposa brillante aleteó alrededor de él, y se desvaneció en el aire
-Es dónde vivo.
-¿Dónde vives? ¿Tu hogar?
- No lo llamaría exactamente hogar, su alteza, simplemente es un lugar donde vengo a descansar, nada impresionante.
-No me llames su alteza, me haces sentir como si fuera un extraño -el príncipe rió y San Lang asintió
-Entonces ¿Gege?
-Ya me has llamado así antes ¿No?
-Mn.
Xie Lian acarició el cabello del joven mientras sentía sus cuernos, era cierto que estaba feliz pero también recordaba las crudas exigencias de su padre.
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El Príncipe Cazador
FanfictionDesde el ataque del dragón Gudu, en el reino de Xian Le había una regla muy estricta. No asociarse con el mal. Tal vez había normas como las de no robar, no matar entre otras, pero si había una que no podía ser nunca tolerada era la de asociarse c...