It All Started With A Visit To Gringotts/Todo comenzó con una visita a Gringotts

Capítulo 25: Angelitos y serpientes grandes.

Los siguientes dos días pasaron bastante rápido, Severus pasó los días con Justine y Neville examinando a Frank y Alice y trabajando en sus pociones de investigación; Harry pasó mucho tiempo con Lily, Sal y Godric y en algún momento en la Cámara. Las noches que pasaron juntos.

El viernes por la mañana, alrededor de las diez en punto, Harry recibió una llamada flu de Minerva pidiéndole que se reuniera con ella en el vestíbulo de entrada. Harry bajó para ver que Felipe dos Santos había llegado con su esposa y para su sorpresa su pequeña hija.

Felipe se veía un poco nervioso pero sonrió al ver a Harry acercarse, -buenos Días Lord Potter Black, me gustaría que conocieras a mi esposa Elena ya nuestra hija Julieta-.

Harry se detuvo y miró al niño de cabello negro azabache; parecía más joven que Teddy, pero no mucho más joven. -¿Julieta?-.

Felipe y Elena se miraron con expresión preocupada. Fue Elena quien habló, -¿hay algún problema señor, sé que Felipe no mencionó que teníamos una hija pero ella no va a ser un problema, tenemos un elfo doméstico que la verá, no la sabrá? es aquí-, acercó a su hija hacia ella.

Minerva se les acercó y rápidamente les dijo: -Por supuesto que no va a ser un problema, esto es una escuela y ha habido muchos profesores y miembros del personal que han tenido a sus familias con ellos. Bienvenidos, soy la directora Minerva McGonagall. son Felipe y Elena y quien es esta hermosura?-.

-Julieta-, dijo Harry con una sonrisa y una mirada de complicidad hacia Minerva.

-Oh cielos, bueno, siento decirte Elena, pero tu hija va a estar totalmente malcriada aquí, es simplemente adorable y sé de cierto retrato que se volverá loco cuando la vea y escuche su nombre-.

Felipe y Elena se miraron aliviados y sonrieron.

Minerva los miró a los dos y dijo, -Felipe, Harry te llevará a conocer al equipo y Elena, puedes acompañarme a mi oficina, haré que Ogden muestre a tu elfo doméstico a las habitaciones de invitados. Dijiste que tienes una niñera elfa, si no, tenemos muchos aquí a los que les encantará cuidar niños-.

-Si está bien con Elena y Felipe me gustaría verla, me gustaría que conociera a Sal. No te preocupes soy genial con los niños, tengo un ahijado de dos años y lo cuido todo el tiempo, tiene una habitación llena de juguetes con los que ella puede jugar-

Felipe sonrió pero Elena lo miró con severidad. Harry lo entendió, había mucha gente peligrosa por ahí y él probablemente tampoco querría dejar a su único hijo con un hombre que acababa de conocer. Harry trató de tranquilizar a los padres de la niña y después de pensarlo dijo, -tienes mi juramento de mago que no dañaré a tu hija de ninguna manera y la protegeré con mi vida-, Harry resplandeció cuando hizo el juramento.

Los dos padres se sorprendieron de que Harry hiciera tal juramento, pero estaban sumamente complacidos. Elena sonrió y asintió. Julieta lo miró y dijo algunas palabras en español pero al ver su confusión dijo, -¿juguetes?-

Todos rieron.

Felipe, Harry y Julieta caminaron hasta el Séptimo Piso y la Sala de los Menesteres donde trabajaban Justine, Neville, Severus y un viejo curandero llamado Bennett. Harry aún no había entrado en la habitación y se sorprendió gratamente al ver que se parecía a sus habitaciones sin los retratos, a un lado estaba el laboratorio de pociones y el área de trabajo. Harry no sabía esto, pero era la misma habitación que habían usado cuando estaban trabajando en la poción para salvarlo.

Cuando entraron vieron a Severus y Neville trabajando junto a un caldero burbujeante.

-Hola Sev, Neville-