Hermanas 2

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Vina observo como la luz empezaba a entrar por la ventana, estos eran los primeros rayos de luz que anunciaban el inicio del día, esto era lo que su madre lograba ver todas las mañanas. ¿Era esta la razón por la cual despertaba antes que todos? Se pregunto Vina, ella apretó fuertemente sus parpados y volvió a abrir sus ojos.

La razón de que Vina estuviera tan temprano no tenía que ver con su fuerte resolución, simplemente ella no había dormido nada desde la noche anterior, tenía miedo de que su abuelo volviera. Así que no había podido dormir, dio un pequeño vistazo al pequeño ser que se encontraba acurrucado en sus brazos.

A diferencia de Vina, Moli si había sido capaz de dormir, habían tenido un día muy largo, sin importar lo asustada que ella se encontraba, el pequeño cuerpo de una niña termino por rendirse al sueño y ahora se encontraba dormida en los brazos de Vina.

Aunque este pacifico momento resultaba muy tranquilizante para Vina, ella sabía que no podía permanecer así.

—Moli despierta.

Sacudió levemente el cuerpo de su hermana hasta que ella abrió los ojos.

—Vina, ¿ya es de día?

La medio dormida Moli pronuncio las primeras palabras que vinieron a su mente, ella se froto los ojos y dio un vistazo a su alrededor.

—Si Moli, ya es de día.

Vina se incorporó y ayuda a su hermana a levantarse, no había olvidado los sentimientos que la envolvieron durante la noche, este no era un lugar seguro para ellas vivieran. Tenían que marcharse de este lugar.

Ella no sabía de ningún lugar seguro al cual podrían marcharse, pero había escuchado de los rumores de las razas viviendo en una zona en particular, ese lugar no era seguro para ella y su hermana, pero tendría que arriesgarse.

—Moli recoge tus cosas, tenemos que irnos de este lugar.

—¿Irnos, a dónde?

—A buscar nuestro hogar.

Moli lucía un poco desconcertada, no solo por el hecho de acababa de despertar, también la expresión seria de su hermana jugaba un papel en esto, pero ella confiaba en su hermana y si esta pensaba que tenían que marcharse, la seguiría.

—Entiendo.

—Recoge tus cosas.

A diferencia de la vez que se marcharon de la casa de sus padres su equipaje era mucho más liviano. No podían permitirse destacar demasiado en la ciudad, así que tomaron solo tomaron las cosas que creían necesarias. Vino ajusto su sombrero a su cabeza y dio un breve vistazo a la casa de su abuelo, la cual comenzó a verse más y más pequeña mientras se alejaban.

Esta es la segunda vez que tenía que abandonar su hogar.

Vina sacudió fuertemente su cabeza, no podía perder el tiempo poniéndose sentimental en este momento. Su hermana la necesitaba, tenía que permanecer fuerte.

Se dirigían a los barrios marginales de la ciudad, los guardias no frecuentaban esas áreas, no era el miedo lo que los mantenía lejos de ese lugar, simplemente se trataba de algo que tenía que ver con el coste y beneficio. Los guardias de la ciudad no eran muy numerosos en primer lugar, así que no podían estar en todas partes, si tenían que decidir entre cuidar a los ciudadanos honrados de las zonas más prosperas y los ciudadanos que vivían en esa área, la respuesta era bastante sencilla.

Como resultado de esta decisión, surgió una zona que no contaba con las restricciones que tenía el resto de la ciudad. En un sitio así, incluso los miembros de las razas podrían vivir una vida normal, al menos eso era lo que Vina pensaba.

Señor de la fortalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora