Hermanas 3

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Los ojos de Vina brillaron, esta era la oportunidad que estaba buscando, sino aprovechaba su suerte ahora, no sabría cuando tendría otra oportunidad como esta.

—Por favor deja que lo intentemos.

—Jmmm, si son una mujer y una niña, tal vez puedan convencerlo, pero seguramente las pondrá a trabajar como mulas.

—Estamos bien con eso, por favor muéstranos.

—Entiendo, si de verdad están tan interesadas las llevare con él.

Después de que Leonard fuera sacudido por Vina mientras esta le agradecía, tomaron un nuevo rumbo y se dirigieron a la posada.

—Y dime Leonard, ¿tú te quedas en la posada?, ¿cómo es?

—Ah no, yo no me quedo en ese lugar, vivo en una casa comunal, es un sitio terrible en el que apenas hay espacio. Pero al menos tengo un techo sobre mi cabeza, así que no me quejo, en cuanto a la posada, es un sitio destartalado, no esperes mucho.

—Está bien, lo comprendo.

Vina no podía ser malagradecida, ella ya tenía mucha suerte de encontrar un lugar donde quedarse, a diferencia de todas esas personas que había pasado con anterioridad.

—Entonces dime, ¿cómo es vivir aquí?

Leonard puso un rostro sombrío cuando Vina realizo esta pregunta, no respondió al instante, pero al final abrió su boca.

—Es difícil, aunque los nomiad no somos esclavos de nadie en este lugar, a veces pienso que sería mejor serlo. Pasas días sin nada que comer, la gente que no tiene donde quedarse muere de frio durante las noches. Pero lo peor de todo es la forma en la que actúan las personas que viven aquí, no tiene ninguna pizca de bondad, los fuertes se aprovechan de los débiles, no les importa hacerles daño a otros solo para mantenerse con vida.

Vina y Moli se quedaron quietas en su lugar después de escuchar lo que Leonard les había contado, él se detuvo unos pasos más adelantes y después de darse cuenta de lo que había dicho, hablo con rapidez.

—Pero eso solo fue al principio, después de que conocí a mis amigos y a personas del lugar, la vida se hizo mucho más llevadera. No te preocupes, no dejare que les pasa nada a ti y a tu hermana, perdonen si las asuste.

Leonard sus manos detrás de su cabeza y rio débilmente.

—Vengan, ya casi hemos llegado, de verdad lamento haberlas asustado con esa vieja historia.

—Está bien...

Luego de eso la atmosfera se volvió incomoda, no hablaron mucho más de camino a la posada y Leonard se mantuvo al frente sin voltear a verlas.

—Bien, es aquí.

El lugar que señalaba Leonard era una casa de madera, solo había una puerta y no contaba con ninguna otra cosa que diera una pista del interior. Habían caminado durante mucho tiempo y ahora se encontraban en la parte más profunda de los barrios marginales.

—¿De verdad?

—Te mencione que no era un sitio muy destacable, deja llamo al viejo, el luce un poco intimidante, pero déjenmelo a mí.

Leonard avanzo hacia la puerta y el golpeo haciendo un extraño patrón de sonidos, después de un momento la vieja puerta crujió, dejando salir un viejo hombre desde el interior. Su gran barba blanca daba testigo de su avanzada edad. Pero este no lucía como un viejo enclenque, tenía un cuerpo bastante robusto, en especial sus anchos brazos, esto lo hacían parecer un hombre fuerte y alguien con quien no querrías meterte.

—Leonard de nuevo tu aquí, creo haberte dicho que no volvieras a este lugar.

El hombre lo miro con evidente molestia en su cara, mientras tanto Leonard hacía gestos con sus manos para que le dejara explicarse.

—Espere jefe, he traído a unas personas que necesitan de su ayuda.

Leonard se hizo a un lado y señalo con sus manos a Vina y Moli que habían permanecido detrás suya todo el tiempo.

—Necesitan un lugar donde quedarse y les dije que podían contar con su ayuda.

Después que Leonard terminara de hablar, el hombre se quedó mirando a Vina y Moli por un tiempo. Vina no sintió que nada bueno provenía de aquel hombre, no las miraba como personas, sino más bien, pareciera que las evaluaba como objetos.

—Supongo que puedo ayudarlas.

—Sabía que podía contar con usted, escucharon Vina y Moli, pueden quedarse.

—Ya veo...

Vina no podía ocultar su intranquilidad y Moli que se ocultaba detrás de ella parecía sentir lo mismo.

—No se preocupen, sé que puede parecer un lugar un poco estrecho, pero no hay nada que temer.

El hombre que había notado su intranquilidad dio un paso al frente e intento calmarlas, pero esto solo las asusto más.

—Creo que yo y mi herma...

Leonard que se había escurrido detrás de ellas, empujo a Vina por la espalda, esta libero un ligero grito mientras tropezaba, dejando caer su sombrero. Ella logro evitar caer al chocar con el hombre que estaba en la puerta. El hombre agarro a Vina del brazo y se dirigió a Leonard que había hecho lo mismo con Moli.

—Parece que por fin hiciste algo útil.

—Espero que con esto pueda recuperar su confianza jefe.

—Aunque por un momento pensé que eran mujeres y no estas cosas, que decepción.

Vina no sabía de qué estaban hablando, pero seguramente no era nada bueno, así que comenzó a forcejear para intentar liberarse.

—¿¡Que están haciendo, Leonard de que se trata esto!?

—Quédate quieta niña, no quisiera tener que hacerte daño.

Aunque Vina forcejeaba con todas sus fuerzas, el robusto hombre apenas y se movía.

—Lo siento Vina te lo mencione antes, solo trato de sobrevivir, no es nada personal, te sugiero que te portes bien, si tienes suerte, una buena familia te comprara a ti y tu hermana.

Leonard mostro su usual sonrisa y no dijo nada más, cuando Vina entendió lo que le pasaría si no hacía nada, forcejeo aun con más fuerza que antes, lamentablemente esto seguía sin ningún resultado.

—¡Moli ve con el abuelo!

Vina al darse cuenta de que no podía liberarse, puso sus esperanzas en Moli, por muy irreal que esto fuera.

—Vina por favor no hagas esto... ¡Aaa!

Leonard libero un grito, mientras el intentaba razonar con Vina, Moli le había mordido el brazo, él no la libero, pero en cambio jalo de su cabello, intentando que esta se detuviera, las fuerzas de Moli no duraron mucho y al final libero su mordida.

—Bueno basta de juegos, date prisa Leonard y tráela dentro.

El hombre jalo a Vina al interior de la casa sin que esta pudiera hacer nada, Leonard siguió detrás suya con Moli.

Vina solo miro en dirección a la puerta, esta se cerraba lentamente y parecía más lejana en cada paso que se daba. ¿Qué fue lo que ella había hecho mal? ¿En qué momento se equivocó? ¿Desde el comienzo? ¿Su abuelo estaba en lo correcto al decirles que eran monstros que no deberían haber nacido? Todas estas preguntas desaparecieron en la mente de Vina, la puerta se había cerrado y la luz del sol no se pudo ver más.

Señor de la fortalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora