La invitación

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Avergonzado de lo que había pasado y pensado, me fui corriendo en busca de Jimin hacia la cancha de arriba, en donde ya estaban listos para partir todos los autobuses.

Cuando llegué arriba busqué el pequeño, pero marcado cuerpo de mi amigo. Escanee a todos los alumnos con la mirada hasta que visualicé a mi objetivo. De inmediato reconocí su sudada espalda y vi que estaba conversando con un grupo de adolescentes de los dos sexos, pero esto no me detuvo.

Comencé acercarme cada vez más rápido hacia él.

Pasé por un costado de él, jale con su fuerza su muñeca y me lo llevé conmigo. Así nada más...si.
Él ni siquiera había visto quien lo había jalado, así que cuando tiré de él gruñó con voz gruesa mientras que trataba de zafarse de mi agarre. Alzó su mirada con el ceño fruncido y aún ejerciendo fuerza en su mano me insultó cuando me reconoció.
Puse los ojos en blanco y seguí tirando de él. Sabía que era yo pero él seguía molesto.
-¡Ey Jungkook! ¡¿Que diablos haces?!-dijo volteando a ver con nostalgia el grupo de adolescentes que había dejado.
-Cállate, es importante.

Con mi respuesta no se calmó del todo pero fue más fácil llevarlo conmigo.
La fuerza que ejercía de mi agarre disminuyó como consecuencia el rubio, con molestia, comenzó a arrastrar los pies por el suelo.
Lo miré con disgusto y regresé a la fuerza que mantenía antes y así tratando de ponerlo de pie de nuevo.
-Camina tonto, no soy tu mamá para arrastrarte por la calle.-dije sin despegar mi mirada del frente.
Me miró estupefacto.
-¿Quien diablos crees que soy?-esta vez si lo miré.- Mi mamá no me arrastra por la calle.
Puse los ojos en blanco y redireccioné mi mirada hacia mi flaco anterior
-Entonces, ¿no tengo razón por la cual yo hacerlo, no?-sonreí con satisfacción- Y además, estoy seguro que más de una vez, la pobre de tu madre, te ha arrastrado por la calle- lo miré con el rabillo del ojo y este estaba un poco colorado por la furia y la vergüenza mezcladas.

Caminamos un par de pasos más y llegamos a nuestro destino.

Llegamos a un lugar un poco alejado de los demás, me aseguré que nadie estuviera lo suficientemente cerca para escuchar y comencé a hablar.

Ante toda la historia su cara era...rara.
No había expresión. La verdad no sé si no me estaba comprendiendo por lo rápido que hablaba o no me estaba prestando atención pero eso no hizo que me detuviera de hablar.
-No sé qué pasa conmigo, nunca había pensado algo así y menos dudado de mi...es raro porque no siento nada, bueno si, enojo, pero esa no es razón para que...ya sabes...¿Jimin? ¿Mes estás escuchando?- me atreví a preguntar.
-Claro.
Fruncí un poco el ceño al igual que mis labios.
-Entonces...¿por qué no tienes una reacción? Di algo por lo menos...
-Primero...no sé que decir y segundo no sé que expresión poner.- dijo encogiéndose de hombros.

¿Que estaba diciendo? Era imposible que no tuviera reacción alguna. Es imbécil, se está haciendo o...ambos?

-Que respuesta más tonta Jimin.
Me miró algo frustrado y arqueó una ceja al mismo tiempo. Con esa expresión sentí que me estaba tratando de decir que el tonto era yo.
-¡¿Para que me dices que hable si no te conformas con mi respuesta?!
Me quedé en blanco. Era cierto, pero esperaba algo más...supongo.
-¡¿En serio no dirás nada más que eso?!
-Jungkook, estoy tan confundido como tú, no sé qué pensar, pero lo que si estoy seguro es que quedaste como un tonto allá- dijo entre risas.

Si no estuviera enojado me hubiera causado gracia su comentario, porque, en verdad,  tenía mucha razón.

-¿Qué? Vamos, quería ánimos- pensé
-Está bien, ni siquiera se para que te conté entonces- dije mientras me empezaba a alejar de mi amigo.
Él se me quedó viendo como me alejaba, hasta que decidió moverse. Agarró mi muñeca y justo a tiempo, ya que su brazo no tiene un largo rango de alcance que digamos.
-¿Que respuesta esperabas?-me dijo con algo de nostalgia en su rostro.

If the world was ending Donde viven las historias. Descúbrelo ahora