Capitulo XXIII

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Abro los ojos a la luz del día, y trato de orientarme, estoy recostada sobre mi cama y el brazo de Alex me aprieta contra él. Somos un revoltijo de brazos y piernas, y sábanas.
Después de varios intentos, por fin me despego de los brazos de Alex y sin despertarlo. Sonrió y lo observo durmiendo apaciblemente, se ve tan lindo. Balanceo los pies fuera de la cama y me pongo mis pantuflas.
Camino hasta el baño que esta situado dentro de mi habitación y lleno la bañera para tomar un baño. Pero primero me observo atentamente en el espejo. Tengo los labios hinchados, sin duda por el trato poco amigable que recibieron anoche, y estoy pálida, pero yo siempre estoy pálida, aparte de eso, solo hay un brillo inusual en mi mirada.
Quiero a Alex, nunca pensé que él sintiera lo mismo por mi, nunca pensé siquiera que pudiera tener estos sentimiento tan fuertes por alguien. Me meto en la ducha sintiendome plenamente feliz.

-¿Alicia?--escucho que alguien toca la puerta del baño.

-Hola, en un segundo salgo.

-No, no te preocupes, tengo que volver a casa, surgió algo--añade preocupado.
Oh.

-¿Todo esta bien?--pregunto.

-Si nena--desde aquí siento la sonrisa de Alex. Sonrió a mi vez.

-Okey--le digo suspirando.

-¿Alicia?--vuelve a preguntar.

-¿Si?

-Te quiero--dice contra la puerta. Sus palabras me derriten por dentro.

-Yo también te quiero. Mucho--le digo con una estúpida sonrisa en mi cara--¿me llamaras más tarde?--inquiero.

-Claro--responde y después escucho como se cierra la puerta principal de mi casa.
***
Después de que Alex se fue me quede sin nada interesante que hacer, estoy sentada en mi sofá, viendo televisión basura cuando el timbre me sobresalta y hace que se me caiga el control al suelo. Maldigo para mis adentros mientras lo recogo y voy a ver quien diablos es.
Cuando abro la puerta, el alma se me cae a los pies. Es Catherine.

-Hola--su voz cantarina dice; tiene el mismo aspecto que la otra vez que vino a mi casa, aunque con diferente ropa.

-Hola--intento no sonar tan hostil como la última vez, tenemos que hablar.

-¿Puedo pasar?--me doy cuenta de que estoy bloqueando la puerta así que me hago a un lado y le hago un gesto con la cabeza para decirle que pase. Ella entra y espera incómoda a que yo diga algo. Paso por delante de ella y me dirijo hasta el comedor.

-Sientate--murmuro. Catherine parece relajarse un poco mientras jala la silla hacia atrás y se sienta en ella. Yo por mi parte me quedo de pie e intento decir con voz calmada.

-¿Qué te trae por aquí?

-Yo..eh..yo--ruedo los ojos.

-Vamos Cath, ve al grano. No tengo tu tiempo. Tal vez pudiste haber venido hace cuatro años--mi voz a ido aumentando con cada palabra que digo.

-¡Lo siento! ¿Vas a dejar de echarmelo en cara alguna vez?

-¡Yo no fui quien te abandono!--a esta altura las dos estamos gritando. Siento como los ojos se me llenan de lágrimas, pero parpadeo rápidamente para ahuyentarlas--. Primero Susan se marcha y luego...¡tu la preferiste a ella en vez de a mi! ¿cómo te sentirias si yo hubiera echo eso?--Catherine finalmente se rinde y recarga los brazos contra la mesa, ocultando la cara en ellos, llorando descontroladamente.

-Yo no sabía que hacer--empieza--quería que tu también te quedaras con mamá, de verdad, pero yo solo...¡fui tan estúpida!--sigue sin parar de llorar y yo empiezo a sentir un poco de empatía por ella, aunque se que no debería de tenerla.
Me acerco hasta donde esta ella y le intento acariciar torpemente el cabello, lo que solo hace que sus sollozos se incrementen.

Lo siento por no subir ayer, estaba ocupada. Ya saben.
Disfruten este capítulo.
:*

Enamorada de mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora