diez

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Masticándose ansiosamente las uñas, Eleanor volteó a verlo descolocada, sus pensamientos no fueron reales pero tal vez el simple hecho de pensarlo lo invocó, maldiciéndose a sí misma por ello.

—C-claro...

La pelinegra sujetó su mano temblorosamente y el contrario la dirigió al centro de la pista, dónde en el camino se ganó miradas de adolescentes con las hormonas alborotadas. Cuándo encontraron un espacio libro, se colocaron en una posición cómoda y momentos después una canción lenta comenzó a sonar.

You became mine in the strangest time

On my life 'Cause baby I, I wasn't right

I was losing the fight and my mind

Todos corrieron por sus parejas y tomaron un lugar en la pista. Desde los bastidores del lugar se podía admirar la mejor vista: sólo personas luciendo felizmente sus coloridos atuendos, los cuales mostraban sus personalidades perfectamente. Desde brillos y plataformas, hasta colores sólidos y zapatillas deportivas. Todo era tan diverso y tan genial.

I, I will not stand in the way of what we could become

I, I know that there's still a way to everlasting love

Dominic guiaba los pasos de una torpe Eleanor, danzando tranquilamente de izquierda a derecha mientras giraban en su lugar, ignorando completamente lo que sucedía a su alrededor y concentrándose en los ojos del otro, sus respiraciones siendo mezcladas debido al poco espacio entre ambos y el suave tacto.

I, I'll do what I say

No matter what demons I face

I won't listen, ah-ah-ah-ah

'Cause you, you keep me sane

Out of this lonely frame of mind

Algo en los azules ojos de la menor le parecía enigmático a Dominic, las luces de colores se reflejaban en ellos haciéndolos parecer estrellas repartidas por sus órbitas zafiro.

I will not stand in the way of what we could become

I know that there's still a way to everlasting love

I will not stand in the way of what we could become

I, I know that there's still a way to everlasting love

Todo en ella le parecía perfecto, estaba tan inmerso intentando leer su alma cuándo se vio detenido al escuchar la suave voz de la pelinegra. 

—La canción ha acabado... Volveré con Valerie—sin más, Eleanor se deshizo suavemente del agarre del mayor y caminó nerviosamente hacia los baños del gimnasio, dejando a Dominic perplejo.

En realidad no había nadie cerca de los baños, lo cuál ya era extraño. Empujó la puerta para entrar en un intento de liberarse de lo abrumadores que fueron los sentimientos de tener a Dominic frente a ella instantes atrás. Luego de cruzar la puerta se encontró con la presencia de un par de chicas retocándose el maquillaje y arreglando sus peinados, quiénes al notar a Eleanor se limitaron a callar lo que sea que estaban hablando y mirarse cómplices «probablemente hablaban del acompañante de Eleanor», y después de unos segundos salieron de allí, dejando completamente sola a Eleanor, quién continuaba en su tarea de manejar aquella exaltación de sentimientos.

You could be my only starDonde viven las historias. Descúbrelo ahora