Capítulo 12: Sweet

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Aquella noche tenía un antojo terrible de sus galletas favoritas, se había puesto su abrigo de rayas naranja y se había dirigido a la tienda más cercana a su casa, si con cercana se refiere a casi dos kilómetros de donde vive. Seulgi entró por aquella puerta de cristal y saludó al muchacho encargado de la caja; era muy conocida en el lugar por sus visitas frecuentes. Iba en dirección al estante donde sabía por instinto que ahí estarían sus ricas galletas con chispas de chocolate. Sus ojos rasgados hicieron contacto con la única caja que quedaba así que apresuró el paso antes de que alguien más las cogiera. Una vez frente al estante, levantó su mano para alcanzarlas, pero en ese mismo momento chocó con otra mano que también iba por la misma caja de galletas. Miró a su lado para encontrarse con la persona que al igual que ella quería el mismo producto, y fue ahí cuando notó que se trataba de Bae Joohyun.

Irene llevaba una camisa negra y de hecho parecía llevar al frío consigo, su mano está más gélida que en helado, y la ropa oscura resaltaba esos labios rojos y su piel tan blanca. Por unos segundos Seul quedó embobada, pero la mano de Joohyun atrapando sus galletas la sacó del trance.

-Seulgi: Oye Irene, ni te atrevas a llevarte mis galletas-dijo poniendo sus manos sobre la caja también.
-Irene: Seulgi no es justo, yo las cogí primero- alzó la ceja, era un gesto muy peculiar en ella.
-Seulgi: Pero yo las quiero tanto como tú, son mis preferidas, dame.
-Irene: No, también son mis preferidas.
-Seulgi: Entonces preguntemos si quedan más.
-Irene: No las soltaré por si escapas.
-Seulgi: Yo tampoco las soltaré.
-Irene: Como quieras Kang.
-Seulgi: Ok Bae.

Y las dos fueron chocando entre ellas, pero sosteniendo a ambos lados aquella pobre caja de galletas. El chico encargado de la tienda las observaba divertido, ambas iban hacia la caja mirándose como si se tratara de una competencia, estaba curioso por saber cómo terminaría aquella cómica situación.

-Seulgi: ¿Chanyeol quedan más de estas galletas en el almacén?
-Chanyeol: Hola Seul, me temo que se me han acabado ya- su cara estaba realmente asombrada por aquel espectáculo de jardín.
-Irene: Esto no es justo, ustedes se conocen así que seguro te las vende a ti-miraba al pobre muchacho con cara de perro de caza.
-Seulgi: No digas tonterías Bae, yo las vi primero…pero si quieres lanzamos una moneda a cara o cruz, él no es el tipo de persona que sería injusto.
-Irene: Pues me parece bien…elijo cara- dijo mientras colocaba la caja frente al muchacho.
-Chanyeol: ¿Chicas, eso no es un poco inmaduro? - estaba empezando a sentirse atrapado en medio de una pelea de locas.
-Irene: Para nada, no me rendiré así de fácil- sacaba su monedero.
-Seulgi: Ok como sea, elijo cruz…Chanyeol tu lanza la moneda.
-Chanyeol: Pero…
-Irene: ¡Solo hazlo!

El muchacho no tuvo más remedio que aceptar aquel absurdo trato y lanzar la moneda. La moneda giró algunas veces en el aire y otras sobre la mesa, hasta que su movimiento se fue haciendo débil y terminó acostada sobre la madera.

-Seulgi: ¡¡¡¡Es cruz!!!!Me la llevo yo!
-Irene: Lo sabía. ¡Es injusto! - dio la espalda y de dirigía hacia la puerta con su caminado de niña con berrinche y sin más que decir.

La vencedora y el apuesto trabajador de la tienda intercambiaron algunas miradas como diciéndose un millón de cosas, solo que sin abrir la boca. Kang bajó sus defensas resignada y respiró profundo.

-Seulgi: Oye Joohyung, espera -Irene volteó a ver a Seulgi -no te regalaré las galletas, pero si quieres vienes a mi casa conmigo, te puedes comer algunas mientras vemos una película- se sonrojó ligeramente, y la vedad no sabía cómo había sido capaz de poder decir aquello; no sabía con certeza si Irene fuera a aceptar su oferta.

-Irene: Está bien Seulgi…pero solo lo haré porque realmente quiero esas galletas-fingía que no le importaba, pero sabía en el fondo que le hacía mucha ilusión ver una película con Seulgi. Nunca había ido a su casa y le parecía buena idea ver a la Señora Kang de paso.

La delgada línea entre el amor y el odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora