Pov's Anna.
-Fíjate, un animal fantástico. Deja de creer que estamos en un bosquecito de girasoles y mira por donde andas, estúpida- dije cruelmente. Me había topado con el hada campanilla en esta selva de energúmenos. Que mala suerte tenía a veces.
El hadita de las flores se levantó asustada, con la cabeza agachada, temiéndome. Esto iba a ser gracioso. Recogió su mochila del suelo, la abrazó como si fuera un cachorro y salió corriendo por el pasillo.
La gente me miraba. Algunos se reían de la situación y otros me miraban juzgándome. Vaya, complejos morales, ¡qué ilusión!
Saqué mis cascos de la mochila y busqué mi canción favorita en Spotify.
Traspasé la puerta de un pequeño patio. Era un rectángulo de no más de 10m2, sin bancos ni fuentes ni nada interesante, excepto gente aburrida hablando de filosofía que no entendían. ¿En qué momento decidiría meterme aquí?
Encontré mi paquete de tabaco bajo un libro tocho de mecánica cuántica. No era mío, obviamente. Era de Alejandro, un profesor de la facultad que conocía desde que tenía uso de memoria. Éramos vecinos, y aunque se notaba la diferencia de edad, congeniábamos perfectamente.
Los cigarros estaban arrugados. No había cosa que odiase más que un cigarro mal cuidado. La culpa era de él, por encargarme que le comprase semejante cúmulo de mierda pesada. En fin, con que encendiese me bastaba, no le pediría un cigarro a nadie de esta peña aunque me pagasen por ello.
La canción estaba a punto de terminar. Por alguna razón había sentido que conectaba conmigo y a la vez con la hadita perfumada en margaritas. Borré rápidamente ese pensamiento de mi cabeza, ni soñando teníamos nada en común esa y yo.
Mi tercera calada ocurrió a la misma vez que el toque de la campana. La gente correteaba entrando en sus clases, supongo que con la ilusión de sentarse en un lugar estudiado que les diera oportunidad de escuchar al profesor pero hacer amigos a la vez. Yo no pensé en levantarme. Primero el cigarrito, luego sentarse.
-No puedo creerlo -convertí en palabras mis pensamientos. La perroflauta se dirigía, aún cabizbaja pero con una chica acompañándola, a la misma clase que yo.
Eché un vistazo dentro de la clase. Esto era el colmo. A un paso de ser una película de barbies hippies. Apostaba a que todas veían Glee en su tiempo libre, alineaban sus chacras y bebían agua en una copa de vino mientras susurraban al viento la gran alegría que era poder notar el frescor del agua en esta vida y no en otra.
-Eh, tú, rarita -le dije a la chica con la que choqué minutos antes.- Hazme un favor, bonita.
Me miró atemorizada mientras sacaba el libro de mi mochila. Pobre perrillo asustado.
-Le dices al profesor que me han dado esto en secretaría para él, que tengo que irme.
-Pero..
-Sh, ya te pagaré el favor. Ahora sé buena chica -guiñé un ojo mientras le dejaba el tomo y me iba hacia casa.
Saliendo por la puerta de la facultad tuve una mejor idea. Le escribí a mi querido profesor. Necesitaba darle un poco de entusiasmo al día.
( Ir al insta de Ana para completar la historia. @Anna2021xx)
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UN ROMANCE METAFÍSICO
RomanceDos chicas estudiantes de filosofía, tan diferentes como el agua y el fuego, descubrirán lo ques la curiosidad, los celos, el dolor y el amor en una historia más que común, pero igual de fantasiosa. Instagram de nuestras protagonistas: anna2021xx fl...