Consejo 1. Dale tiempo a tus hijos

2.5K 255 147
                                    

BaekHyun se sentía agotado.

En realidad, no existía un momento desde hace tres años atrás en el que no se sintiera de tal manera.

Y es que ser padre de familia, esposo, amigo, hijo y empleado no era cosa sencilla, por supuesto que no, consumían su tiempo y su energía por completo y en ocasiones se sentía tan asfixiado por las tantas obligaciones con las cuales tenía que cumplir que solo quería encerrarse y desaparecer por un par de minutos tal vez.

Cosa que no podía porque eso solo complicaba más la situación.

Siempre supo a lo que se enfrentaba cuando tomó cada una de las decisiones que lo llevaron hasta ahí, después de todo BaekHyun era una persona terriblemente perfeccionista e indulgente consigo mismo, exigiéndose demasiado y presionándose para ser el mejor.

Cuando Chanyeol le propuso matrimonio años atrás sinceramente no lo pensó demasiado, estaba muy enamorado, llevaban seis largos años de relación y aunque no tenían mucho viviendo juntos era lo suficiente como para estar acostumbrado al otro, así que simplemente dijo que sí, no dudando en saltar a sus brazos y permitiendo que el alto le hiciera el amor toda la noche en modo de celebración.

Lo conoció poco tiempo después de iniciar la universidad. Fue tan simple y casual como podía llegar a ser un encuentro en medio de la biblioteca, ambos perdidos por ser de nuevo ingreso y causando tal desastre que terminaron siendo vetados por el resto de la tarde. Rieron mucho, bromeando acerca de lo desafortunados que eran mientras hacían su tarea en una de las mesas de la cafetería.

Estuvo bien, fue un día tan agradable como para repetirlo más de una vez así como para gustarse tanto que terminaron haciéndolo en el baño de un Starbucks dos semanas después. 

No podían culparlos, se gustaban, demasiado y ninguno planeaba fingir lo contrario, por lo que comenzar una relación fue simple y algo que eventualmente tenía que suceder, solo que mucho mejor de lo que imaginaron.

Y es que ChanYeol era increíble. Un hombre tan inteligente, amable, comprometido, detallista, atractivo y encantador que fue simple que se robara el corazón de BaekHyun.

Al principio el castaño temió que no fuera a funcionar, con su carácter y esa costumbre tan terrible de querer controlar todo le era complicado mantener relaciones largas, no obstante eso nunca pareció ser un problema para el alto, quien parecía encantado con cada acción de BaekHyun por mas manipulador y agotante que pudiera llegar a ser.

No era una persona fácil y eso lo sabía muy bien. Tan indulgente como era consigo mismo pasaba sus tardes estudiando y siempre al pendiente de cada uno de sus movimientos, odiando que lo cuestionaran o que se entrometieran en su vida laboral, así que discutían, diciendo palabras que lograban lastimarlos y buscando el perdón del contrario días después llenos de arrepentimiento, al menos hasta que ambos aprendieron a acoplarse y el tiempo no fue un real problema en su relación pues todo era parte de su realidad.

No fue sencillo ni mucho menos eran la pareja perfecta, no obstante, tanto ChanYeol como BaekHyun podían asegurar en un segundo lo mucho que se amaban y lo muy felices que se hacían a pesar de todo, por lo que aceptar pasar la vida juntos fue una buena decisión, y en general las cosas realmente no cambiaron mucho a lo que ya tenían.

El alto trabajaba tanto como él, y lo conocía tan bien que sabía perfectamente en que temas era mejor no entrometerse, siendo uno de esos su vida laboral. Baekhyun siempre había soñado con muchísimas cosas, desde que tenía memoria se esforzaba por ser el número uno en todo, queriendo destacar y no esperando nada más que reconocimiento hacia su persona. Se había graduado con honores, y no fue sorpresa para nadie que en su primer trabajo subiera de puesto con rapidez. Sus horarios eran exigentes, y era bastante común encontrarlo dormido sobre papeles en la sala a media madrugada, pero no importaba demasiado, pues ChanYeol lo cargaba hasta su habitación en donde dormía un par de horas acurrucado entre sus brazos antes de volver a trabajar.

Manual de supervivencia paternal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora