HEDEF: Oneshots ~ ElMer ~ MavSan

No puedo (ElMer)

El frío de la noche se hacía presente. Elif, con suma delicadeza, cargó a Masal para acostarla en su habitación y darle las buenas noches mientras el miedo en su estómago crecía a cada minuto. 

Él no estaba. 

Ömer no aparecía desde la tarde de ese mismo día y lo más preocupante es que no respondía a sus llamadas.
La pequeña de cinco años miró a Elif con ligera extrañeza; sabía que algo perturbaba a su mamá pues casi no le sonrió durante el día, sin mencionar que se sentía consternada por no haber visto a su padre. 

-¿Mamá? - preguntó con voz queda y Elif se despabiló de sus inquietantes pensamientos -. ¿Qué sucede? ¿Dónde está papá?

-Tu papá... - comenzó a decir y de pronto se sintió vacía - tu papá tuvo que atender unos asuntos con tu tío Arda... ¿Quieres que te lea?

-No. Quiero esperar a papá - respondió Masal con firmeza y Elif suspiró. 

-Bebé, no creo que vuelva hasta más tarde.

-Entonces háblale por teléfono, no quiero dormir sin darle las buenas noches, además él siempre besa mi frente para que yo pueda dormir... No voy a poder dormir, mami.

-Masal, tendrás que hacerlo, a tu papá no le gustará que te desveles. ¿Quieres entristecerlo?

-¡No! - exclamó Masal con apremio e inmediatamente se cubrió con su suave cobertor pensando en lo mucho que quería su ya acostumbrado beso en la frente por parte de su papá-. Buenas noches mamá.

-Buenas noches, mi sol - dijo Elif besando su mejilla con terneza - dame un beso, vamos.

Sonriendo, la pequeña se ojos claros se estiró para besar su mejilla y Elif no pudo evitar envolverla entre sus brazos. Como si aferrándose a ella pudiese encontrar algún consuelo; paz para su inquieto corazón. 

-No te preocupes por papá, ¿de acuerdo?

-Bueno...

-Descansa, mi hermosa hija. Te amo mucho, ¿lo sabes?

-Yo también te amo mucho, mami - respondió Masal acurrucada en su cama.

Largando un profundo suspiro, Elif salió de la habitación, dejando encendida la pequeña lámpara en forma de osito que tanto le gustaba a su hija. Sintiendo el palpitar de su corazón en su mano y el nudo en su garganta cada vez más presente, tomó su celular y marcó.

Sonó una... Dos... Tres... Cuatro... Cinco...

-Vamos, Ömer, no me hagas esto - susurró Elif y sus ojos comenzaron a empañarse. 

Buzón de voz, su llamada será...

-¡Maldita sea, Ömer!

Frustrada, probó llamar por milésima vez, sin mucho éxito. Entonces la sintió; esa opresión en su pecho, sus ojos anegados por las lágrimas. Miedo. Sintió miedo, y tales sensaciones no las había experimentado desde hacía años. Años en los que Ömer aún era policía. 

No, no, no. Él me lo diría; se dijo tratando de tranquilizarse, pero cada vez que no respondía, su subconsciente le decía una y otra vez la razón. Aquella que se negaba a creer. 
No lo entendía; se suponía que solo se fue para comprar los insumos que necesitaba su cafetería y aún no regresaba. Eran casi las nueve de la noche y Elif no podía conciliar el sueño; mirando hacia la puerta, a la espera de su llegada. 

Ömer, por Dios. ¿Dónde estás?, se preguntaba una y otra vez mientras limpiaba sus inevitables lágrimas. Su mente le jugaba malas pasadas, imaginando miles de escenarios ante su repentina ausencia y era capaz de denunciar su desaparición en esos momentos. Jamás le había hecho algo como aquello desde que Fatih lo secuestró, y el recordarlo, solo hizo que la opresión en su pecho creciera.