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- No entiendo, no entiendo, no entiendo, no entiendo, no entiendo...

Akutagawa se encontraba descansando en el sofá de la agencia mientras que todos los presentes le miraban realmente extrañados por sus ojeras y murmullos. Solamente Ranpo se divertía de la situación.

- Ranpo ¿Podrías explicarnos que le pasa al mocoso? — se atrevió a decir Kunikida.

- Bueno, digamos que lleva diez horas con un tremendo gay panic.

-¿Qué?

- Si.

Kunikida solo miró a Akutagawa una vez más y prefirió dejar el tema, Odasaku ya se hacía una idea de lo que ocurría y Yosano se echó a reír cuando lo entendió todo.

- Akutagawa, ve a ver que está haciendo Atsushi anda. — dijo Odasaku al ver que aquella situación no parecía tener fin.

Con eso dicho, el azabache se levantó del sofá (cosa que le costó la vida) y con cara de resignación y pereza bajó las escaleras.

- Justo la persona que menos quiero ver ahora mismo eres tú...

Mientras tanto Atsushi se encontraba en la cafetería hablando con el señor del café, se encontraba más cómodo en aquella cafetería que en la agencia además de que solía hablar con algunos clientes que se sentaran cerca de él y eso le divertía, escuchar los problemas, las anécdotas o simplemente la vida de las personas normales le encantaba, sentía que él también podría ser así, aunque ese sentimiento solo durase lo que aquellas personas tardasen en tomarse el café.

Rato después de que la mayoría de las personas se fuesen, entró Akutagawa sorprendiendo a Atsushi y se sentó a su lado pidiendo un té de higos, realmente no dijeron nada por diez minutos, solo un cálido silencio y un leve aroma a té y café.

- Ey, Akutagawa, espiar a las personas no está bien ¿sabías?

- Sinceramente y con el debido respeto no puedo tomarme enserio esas palabras de un espía asesino reconocido de la port mafia.

Aunque esas palabras podrían parecer ofensivas para Atsushi, él solo se rió ligeramente mientras que tomaba otro sorbo a su café, por su lado, Akutagawa se relajó al escucharlo reír y ambos disfrutaron de ese cálido momento.

El tiempo pasó y ya era la hora de almorzar, seguramente Akutagawa se llevaría un buen regaño de Kunikida pero el tiempo pasado con el mafioso lo compensaba fácilmente, y así, Atsushi se levantó y antes de irse de aquel bar. Se acercó al azabache, y con una ligera cara de tristeza, susurro:

- Ey, la próxima vez por favor acércate, no me mires simplemente, ya he soportado muchas miradas "quietas", ninguna se atrevió a ayudar... Hasta luego, Ryunosuke Akutagawa... miembro de la agencia de detectives...

Dicho aquello se marchó de la cafetería hacia la agencia dejando al azabache un gran aturdimiento seguido de un leve sonrojo disimulado por la tos.

- Oye, Ranpo, creo que el mocoso está peor que antes.

Ya había pasado el almuerzo y Atsushi estaba en la enfermería pasando el rato con Yosano mientras que Akutagawa seguía en el gay panic y tenía crisis existenciales.

- Digamos que el gatito puso cara de lástima y el perrito se emocionó al ver los ojos heterocromáticos llenos de sentimientos silenciados.

- Ranpo creo que tienes que dejar de comer tanta azúcar y documentales de gatos.

- Nunca.

Mientras tanto Yosano compartía unas galletitas con Atsushi.

- Atsushi, ¿Cómo te encuentras?

La salvación de un alma corrompida // Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora