Luna llena

656 65 9
                                    



- Eeeee creo recordar que tu trabajo empezaba dentro de cinco minutos .La mañana se hizo presente y las ganas de levantarse en Akutagawa no aparecieron.

- Mierda.

Dicho eso el azabache se levantó a toda prisa y sin desayunar se fue a la agencia seguido del albino quien se reía levemente de la cara de Akutagawa al decirle la hora. Minutos después entraron en la agencia a tiempo y entre risas que los presentes allí notaron haciendo incomodar rápidamente a los dos.

- 2 minutos tarde. — Kunikida se acercó a Akutagawa y le dio unos golpecitos en la frente con su libreta.

- Mierda.

- Esa boca... — dijo Odasaku entrando a la sala mientras que le revolcaba el pelo al azabache obteniendo un gruñido como respuesta.

- Bueno, ¿Que tal la noche? — les preguntó Oda.

- Bien.

La conversación terminó ahí poniéndose ya todos ha trabajar. La mañana pasó tranquila ya no había tanta incomodidad pero atsushi seguí sin sentirse cómodo, Yosano-sensei seguía revisando a Atsushi y Akutagawa le seguía dando algunas miradas curiosas al cuello del albino.

- Atsushi ¿Puedes ir abajo y comprarme algo? — pidió ya el azabache en un medio suplico ya que esa mañana no había desayunado nada.

- Voy — dijo con una sonrisa y se dispuso a bajar mientras que se reía, al menos no sentía tanto agobio con Akutagawa.

Mientras tanto el azabache se dispuso a hablar con su superior.

- Oye, Odasaku.... ¿Por qué tiene esas marcas en el cuello?

- Digamos que la persona que está a cargo de él no sabía como controlar su habilidad y encontró la peor manera de solucionarlo — mientras decía eso Odasaku tenía una pequeña cara de melancolía. Quién sabe si esa cara fue por el pequeño Atsushi o por un antiguo compañero.

Akutagawa por su parte tenía bastantes sentimientos enfrentados por el albino, sentía una gran curiosidad pero también una pequeña tristeza al imaginarse por lo que ha tenido o tiene que pasar.

Mientras tanto Atsushi se encontraba en la pequeña cafetería pidiendo lo que el azabache quería, aunque el ambiente allí se había echo menos pesado él seguía sintiendo una leve incomodidad creada por él al estar con personas que no matan.

- No estoy acostumbrado a aquellas sonrisas podría decir — pensaba Atsushi en voz alta mientras esperaba a que pusieran la comida.

- Nunca te había visto por aquí pequeño, ¿estas trabajando nuevo en la agencia? — el señor mayor que preparaba el café se acercó y preguntó.

- Si le soy sincero me gustaría decir que sí pero la crueldad de este mundo se lleva consigo a las almas que a su desgracia se ponen en su camino aún si aquellas eran tan alegres e inocentes...

El señor no entendió a que se refería pero al contemplar la mirada del chico prefirió el silencio a la posible respuesta que podría obtener. Cuando ya tenía preparada la comida se la dio al albino junto con un café más.

- Disculpe señor yo solo pedí un café.

- Tomeselo usted, los ojos de este viejo pueden ver que necesitas algo para relajarte.

- Muchísimas gracias señor — y con una ligera reverencia y una sonrisa el albino se dispuso a volver a la agencia.

Antes de subir el siguiente piso, Atsushi se quedo un rato mirando por la ventana mientras que se tomaba el café, usualmente no le agrada pero esta vez le sintió extrañamente bien. Después de cinco minutos se atrevió ya por fin a entrar en la agencia dando un muy largo suspiro.

La salvación de un alma corrompida // Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora