Agencia

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Medio día después Atsushi sale ya por fin de la de la enfermería para presentarse a Oda, que al ver al albino se acercó para ayudarlo a sostenerse cosa que él agradeció con una sonrisa y se sentaron en el sofá de la agencia mientras que los presentes allí se acercaban.

- Hola a todos, soy Atsushi Nakajima y siento mucho haberos dado problemas, durante unas semanas estaré a su cuidado. Y a usted, Yosano-sensei, gracias por cuidarme – dijo con una sonrisa ya un recuperado albino.

- Tranquilo, no has dado ningún problema — dijo Yosano acercándose al albino y acariciándole suavemente la cabeza. Nadie podía resistirse a la sonrisa del albino. Ni si quiera un confundido azabache.

- Atsushi, sobre tu situación ahora mismo..... — Fukuzawa le habló.

- Ango me dijo que iba a estar este tiempo recuperándome con vosotros y luego volvería a hacer misiones pero si necesitáis que haga algo no dudéis en pedírmelo, por favor.

- Entendido pero antes que nada, sé que no nos vas a hacer daño pero cortésmente te pido que al menos nos des tu palabra — dijo Fukuzawa para confirmar, seguía sin poder confiar en el mafioso.

- Si, yo Atsushi Nakajima juro que no os dañaré ni os perjudicaré en mi estancia aquí aunque nuestras organizaciones sean rivales.

- Un momento....¿Cómo que rivales? ¿Quién es este chico presidente? — dijo sobresaltado Kunikida.

- Os lo presentaré, este chico es Atsushi, "el shinigami blanco de la Port Mafia". — dijo Odasaku.

Los presentes empezaron a sorprenderse y discutir, unos decían que eso era imposible, otros que él no se podía quedar y entre tanto lío el pobre albino estaba más que presionado, no conocía el lugar, todavía no había hablado con Kyouka, le dolía la cabeza, estaban hablando mal de él y para colmo quería llorar. Un azabache que estaba allí se dio cuenta de lo que sentía el albino y se acercó a él mientras que los de la agencia discutían.

- ¿Agobiante?

- Si.......

Y esperando a que la agencia se calmara, el albino se durmió al sentir la mano proveniente del azabache acariciarle la cabeza buscando que se relajara, en ese lugar fue es único que no lo miro diferente y aunque sea poco le trató con algo de normalidad. El azabache, al contrario, se encontraba algo nervioso, la mafia no le gustaba nada, seguía pensando de que fue su culpa que su hermana Gin acabase en aquel lugar, y viendo el estado en el que se encontraba el albino temía que su hermana estuviese así, pero al ver al pobre chico tan desconcertado que parecía querer llorar no pudo resistirse a acercarse a él y tratar de calmarlo, de alguna manera le recordó a su hermana cuando de niños se iban a otro lugar de la ciudad a vivir y ella siempre tenía miedo. El azabache al ver al albino dormido se relajó y ya por fin decidió intervenir el la discusión que estaban teniendo sus superiores sobre el chico.

- Parad ya, lo agobiáis. — dijo Akutagawa alzando un poco la voz, a su mala suerte el albino despertó.

- Pero, ¿Qué hacemos? Es de la mafia. — dijo algo alterado Tanizaki.

- El presidente aceptó esto, aparte él prometió que no haría nada y en el estado en el que está dudo mucho que nos vaya a hacer algo y también hay que considerar que el que lo trajo aquí fue nada más y nada menos que un oficial del gobierno.

Ante eso todos se callaron y el albino agradeció internamente al azabache.

- Pero él dijo que no nos dañarían en su estancia aquí, ¿eso quiere decir que cuando se vaya podría dar información de nosotros e incluso matarnos. — dijo Naomi asustada mientras abrazaba a su hermano.

La salvación de un alma corrompida // Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora