Capitulo 4

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Recuerdos...

Cuando Naruto le dijo <Sin practicar los portales>, <3 días> (que se extendió muy a su pesar) y <Reserva tu chakra que lo necesitarás>, de verdad que iba en serio. No lo dejó por mucho que insistió e incluso puso a Menma (aún contra su voluntad) y a Minato (que no le quiere devolver las pastillas argumentado que quiere saber para que sirven) a vigilarlo como si fuera un niño pequeño. Bueno, tampoco negará el hecho que se escapó una que otra vez, pero fue encontrado por ellos y regañado muy a su pesar de su orgullo.

Pudo entrenar, pero solo un poco de ninjutsu y taijutsu, nada extravagante, difícil o interesante para su opinión. En esos días, también sufrió de los efectos secundarios de tomar las pastillas, principalmente tuvo la visita borrosa y casi chocaba con las cosas o paredes; la debilidad en todo los sentidos fue otro efecto que pudo ocultar fácilmente; otro no muy notorio, pero molesto fue que tuvo una expulsión de feromonas que no pudo controlar del todo. Aunque se dieron cuenta lo ignoraron o solo sospecharon.

Ese día no tenía nada que hacer, así que mientras los hijos del Hokage lo vigilaban en su casa, puesto que ambos adultos tenían que hacer sus pendientes, encontró un libro interesante: en este explicaban los segundos géneros que poseía la dimensión y vaya que se le serviría para saciar su curiosidad, además de que en la portada decía que estaba actualizado y contenían extras.

Betas, omegas, alfas, gamas, deltas, celos, nidos, crías o cachorros, embarazos tanto femeninos como masculinos, glándulas, supresores, marcas, lazos, feromonas, órganos reproductores y demás conceptos e imágenes que encontró que lo marearon un poco. Vaya joya de dimensión en que se fue a meter. Aventó el libro a un sillón que estaba cerca de donde estaba sentado. 

A los 5 minutos lo volvió a abrir para descubrir y saciar su curiosidad que creció cuando leyó lo anterior y solo fue el índice. Se enfocó en omegas por obvias razones, aunque cuando terminó no sabía si arrepentirse o no:

Historia...

Desde la antigüedad, los omega fueron considerados incubadoras o bien se consideraba que sólo servían para tener hijos y saciar al alfa al que estuvieran enlazados. Con el pasar de los años, las distintas culturas cambiaron su significado y el cómo tratarlos, aunque en la actualidad, el omega tenga más derechos, dependiendo de la rama al que pertenezca se les da un significado y un trato diferente.

Omega:

Forman parte de él 10 por ciento de la población mundial. Estos se caracterizan por su estatura promedio o debajo del promedio y su facciones son delicadas o finas por todo su cuerpo, llegando a compararse con una chica (en caso de hombres). Estos presentan sus segundo género a partir de los 8 a 10 años y se madura a partir de la pubertad o adolescencia.

Celos...

Estos suceden cada 2 o 3 meses y duran de 3 días a una semana dependiendo al usuario. En este lapso de tiempo el omega busca a un Alfa (o su pareja) con el cual aparearse y saciar sus necesidades. Los síntomas son desde dolor en el vientre, sudoración, cuerpo caliente o calor, debilidad general y una expulsión de feromonas para llamar o tentar al Alfa en cuestión.

Supresores...

Son unas pastillas que dependiendo su función hacen que los síntomas del celo sean menores o nulas. Otras función básica sería que suprime las feromonas del omega en el caso que el mismo no pueda o tenga algún problema en sus glándulas. En casos especiales también funcionan como anticonceptivos para evitar algún embarazo no deseado o después de alguna violación o ataque.

Pequeño accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora