Pequeño accidente

Capitulo 7

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Una mañana nueva se presentaba. En su cama de su habitación estaba Sarada de 17 años, la pelinegra veía el techo de su habitación bastante pensativa, no dejaba de repetir ese sueño, bueno, más bien era un recuerdo. Aún la aturdida y no era para menos si era justo ese momento.

Sabía de ante mano que su madre estaba en el hospital y ese día ella no tenía ninguna misión, no había que preocuparse. Se levantó y se asceo, debía de iniciar mejor su día. Se dirigió a la sala, quedaba de paso para la cocina, vio las fotos en el mueble de la televisión, repaso cada uno hasta llegar a la foto donde su familia estaba junta en un día de campo. Era raro ver a sus padres con otra ropa más casual y fresca, su padre con una playera y pantalones grises y azules, su madre un vestido rosa claro ¿Y ella? Un vestido rojo.

A los 3 les tomaron la foto un desconocido, un fotógrafo que estaba promocionando su trabajo, aun así decidieron quedarse la foto y enmacarla. Vio en específico a su padre, una sonrisa suave en su rostro y amor en su mirada para ambas. Como desearía que estuviera con ellas, si no fuera por él, su padre estaría ahí.

Desayuno y salió a la aldea, no podía quedarse en el departamento todo el tiempo, debía despejarse. En el camino recorrió todo con la mirada, puestos, gente, esculturas, todo. Su caminata llegó hasta el cementerio de la aldea, no perdía nada con una visita. Paseo por las lápidas leyendo los nombres de cada uno de los Shinobi que dieron su vida por la aldea, llegó a una escultura en lo más alto y leyó los nombres en la dedicatoria, llegó hasta el que buscaba Uchiha Sasuke.

Aun se le estrugaba el corazón al leerlo, pero no fue lo suficientemente fuerte y él se salió con la suya. Era claro ya que tenía su capa y katana como trofeo y lo portaba descaradamente por todos lados. Lo vengara, por eso entrena duramente, no lo volverá a defraudarlo, no permitirá que vuelva a pasar eso. Llenará de orgullo de apellido Uchiha.

Con nueva determinación decidió irse, se giro desidida viendo todo el lugar.

Se sorprendió cuando vio 2 siluetas conocidas, también suspiro, aun le sorprende que incluso daño a su propia familia. Trataba de justificarlo en un principio, pero a la vez era un mentiroso hasta que se rindió. No hay forma de cambiar el pasado. Con la fuerza que ella consiguió y desición nueva se acercó a ellos, seguían absortos viendo las lápidas, se aclaró la garganta para no asustarlos, la última vez casi termina en el hospital por la hostilidad contraria.

- ¿Qué quieres? - Kawaki, un joven de alrededor de 19 años, aspecto espeluznante, fuerte y alto. Al despistado, el chico le dará un buen susto, además no sólo es físico, es realmente fuerte

- Sólo vine a parar aquí y los vi por causalidad ¿Cómo están? - preguntó casual, en cierto punto era verdad

Su pregunta no fue contestada, más bien vio lo que ellos veían, 3 lápidas. La primera pertenecía a Hyuga Neji, llegó a escuchar que era el prodigio del clan mientras estuvo vivo, pero lamentablemente murió en la Cuarta Guerra Shinobi a temprana edad.

La siguiente lápida tenía el nombre de Uzumaki Hinata, la mujer fue encontrada en el bosque, su cuerpo tenía múltiples heridas y a su alrededor tenía el aspecto de una batalla, una muy dura, todo a manos de un enemigo.

A lado de esta, estaba la lapida de Hyuga Hiashi, el antiguo cabecilla del mismo clan; murió por la edad y también por la tristeza de enterarse de la muerte de su hija. Las 3 piedras conmemorativas tenían ramos de flores blancas frescas, todo a cortesía de Himawari que a estado incada enfrente de la lápida de su madre.

A un lado de la lápida de Neji, estaba un hueco que aún no era llenado, antes estaba la lápida de Uzumaki Boruto. En un principio se creyo que el murió y su cuerpo desapareció misteriosamente, luego se descubrio la verdad y la memoria de él quedó manchada, puesto que de héroe cambió a renegado y criminal. Todos lo que lo conocieron, lo odiaron profundamente y algunos guardaron rencor cuando la verdad fue revelada. Desde entonces, nada fue igual.