Custodia • JinKook • Adaptación

Epílogo

4 años después

— ¿Cómo te sientes JungKook? — El chico rubio preguntó mientras hacía unos cuantos apuntes.

— Como una vaca, joder. Es frustrante no poder hacer nada con esta panza. — El mencionado sobó con frustración su vientre de ya 7 meses y medio.

Muchas cosas habían pasado en el lapso de 4 años. Tanto Jin como JungKook vivieron en una depresión los primeros dos años. De la cual el psicólogo que hablaba con Aiden, los ayudó a salir y a dar exclusivamente unas cuantas reflexiones, consejos y apoyo para salir de aquel caso lutuoso.

Ambos decidieron iniciar una vida nueva, dejaron atrás el rencor, odio y sufrimiento que sentían. Juntaron sus vidas nuevamente, y tras mil veces de pedir perdón uno al otro, su vida empezó a ser cada vez más feliz.

Claro, su pequeño hijo seguía en sus memorias, e incluso había momentos donde no podían evitar llorar su muerte. Aiden no merecía sufrir tanto, eran palabras mencionadas por JungKook cada momento que la dulce sonrisa de su hijo pasaba por su mente.

— ¿El desarrollo del bebé va bien?

— Sip, al parecer será niño y bueno SeokJin y yo seguimos pensando en algunos nombres. — Moviéndose inquieto consiguió sentirse cómodo en aquel sillón. — Siento que se parecerá a mi pequeño, puede que sea como él.

— Aún extrañan a Aiden, ¿Verdad?- JungKook asintió. — ¿Sabes?, el hecho de que un bebé comience a desarrollarse en tu vientre nuevamente, es una oportunidad nueva. Una que deben aprovechar ambos y sacar ese dolor que siguen reteniendo en su corazón.

— No pude darle a Aiden lo que necesitaba, pensé que con regalarle algunas cosas sería feliz, trabajaba mucho para darle todo lo que un niño desea.

— Él, deseaba el amor de ambos. — JungKook lo miró confundido. — Admiraba a ambos, a pensar de que su vida se basaba en trabajo. — HoSeok comenzó a recordar todo lo positivo que el pequeño le dijo años atrás. — Aiden no solo venía a contar cosas malas de ambos, en realidad, fueron escasas los momentos feos. Se la pasaba hablando de cuan maravilloso eran sus padres, decía que quería ser como ambos en un futuro.

FLASHBACK

— Cuéntame como es la vida al lado de tus padres. — El pelirrojo enfocó su vista en el pequeño que aún comía algunos caramelos.

— M-mis papás t-trabajan m-mucho. C-casi n-no los v-veo. — Aiden bajó su pequeña cabezita en señal de desanimo.

— ¿No te gusta vivir con ellos? — El pequeño asintió. — Pero, casi no están contigo.

— Aún así. Q-quiero a m-mis papitos y l-los admiro. — HoSeok miró con asombro al pequeño frente a él. — M-mi papi K-Kook e-es l-la persona m-más paciente. N-no se desespera c-cuando h-hablo mucho.

— ¿Y qué hay de tu padre Jimin?

— T-tiene un gran c-corazón, a-aunque peleé c-con mi papi K-Kook, se q-que es bueno.

—Tengo entendido que pelean demasiado, ¿Es verdad?—Asintió.—¿No te gustaría que las peleas dejaran de existir en casa.---- Nuevamente afirmó.— Me sorprende el hecho de que admires a tus papis a pesar del corto tiempo que pasan contigo.

—E-ellos me a-aman, nunca m-me dejaran s-solo.---- Sonrió.----Yo t-también loos a-amo y n-no los d-dejaré.

Fin del Flashback

Lágrimas bajaban por las regordetas mejillas de aquel chico, ahora más que nunca aseguraba que su pequeño Aiden fue la personita más hermosa que el mundo pudo tener.

— Debes dejar de seguirte culpando de algo que no fue ocasionado por ti.— HoSeok tomó ambas manos. — Lo que pasó con su pequeño fue algo inesperado, pero ahora está mucho mejor y puedo asegurar que se encuentra más que feliz al ver que sus padres están juntos y sin peleas.

— Muchas gracias por todo. — JungKook como pudo envolvió al psicólogo en un cariñoso abrazo.

1 año después.

— Muy bien pequeño, cada día mejoras más a la hora de dar pasitos.— JungKook miraba feliz a su pequeño que se aferraba del sillón. —Vamos Soobin, ven con papi.

El niño emprendió su caminata, movía sus regordetas manos y soltaba saliva de la emoción. El sonido de la puerta principal le hizo perder el equilibrio y caer de sentón sobre el suelo.

—Soobin bebé, ¿Estás bien?— Un Jin bastante preocupado con el pequeño en brazos y sacudiendo la tierra que se había colado en el pañal del bebé.

— Yo estoy muy bien, amor. ¿Qué tal el trabajo el día de hoy? — El chico peli-negro se cruzó de brazos.

— Lo siento cariño, es solo que me asusté al verlo caer. — Jin río y se acercó a su esposo para besar los labios de este. — Y respondiendo a tu pregunta, fue un día muy cansado.

— Oh, supongo querrás dormir y yo tendré que evitar que el niño llore para que puedas descansar. — El desánimo es su voz era muy notable.

— Kook, eso quedó en el pasado. — El rubio abrazó a su esposo. — El día que pedí tu perdón me comprometí a cambiar, quiero enseñarle a nuestro hijo unas cuantas palabras, y puede incluso hasta chiflar.

— Tonto. — Entre risas JungKook golpeó el hombro de su pelinegro. — Pero así te amo.

— Yo te amo más. — Y nuevamente un beso fue depositado en los dulces labios del peli-negro.

El balbuceo del pequeño los hizo separarse, una sonrisa adornaba en el rostro del bebé. Y ambos padres, en forma de agradecimiento besaron sonoramente las gorditas mejillas de su hijo.

Sin duda, ambos estaban de acuerdo que su pequeño Soobin había llegado a sus vidas para hacerlos olvida todo el daño que aquella petición de la custodia les había dejado.

Aiden les dejó un hueco en el corazón, pero igual el pequeño les hizo abrir los ojos y ver el daño que ellos igual habían provocado, tanto a ellos mismos como a él .

Pero ahora tenían una oportunidad de llenar sus corazones de amor, y no solo los suyos, si no también el de un pequeño angelito que les haría ver el verdadero significado de vivir, amar y gozar.