Jeno se había escapado de sus hermanos y primos pero sólo tenía diez minutos antes de que se dieran cuenta que estar en el baño tanto rato no era normal y salieran por el, sonrió viendo la sombra de su futuro esposo apoyado en el árbol. Renjun corrió hacia él al verlo y lo recibió en sus brazos de inmediato.
-Amor...
-Jeno.-suspiro en sus brazos apretándolo.-No quiero dejarte, quiero estar contigo. Quiero que se acabe y dormir en nuestra cama.
Soltó una risa aún abrazando al más bajo, solo se separó un poco para mirarlo a los ojos mientras aún sonreirá.
-Junnie, se supone que mañana es nuestro gran día.
-Lo se, lo sé pero... Estoy estresado y solo pienso en estar contigo.
-Eso es genial.-asintió cuando Renjun empezó a negar.-Le da la chispa a la noche de bodas.
-Quiero abrazarte.-se quejó.-Luego del sexo, claro, pero están pasando muchas cosas, Jen.-tomó su mano mientras negaba.-¿Los pasteles con camarón? Debieron ser retirados porque una tía de mi mamá que fue invitada de último minuto es alérgica con solo olerlo, quiero mis pasteles de camarón, ¿Debo no comer mi comida soñada en mi día especial solo por su alergia? No la quería invitar pero tu mamá y mi mamá dijeron que sería grosero y tal vez si, pero no me importa porque ahora no podré comer pasteles con camarón en el día más importante de mi vida.
En este punto las lágrimas ya corrían por las mejillas de Renjun y Jeno se encargó de limpiarlas con sus dedos pero seguían deslizándose así que lo abrazó contra su pecho y cuando Renjun tiró su cabeza hacia atrás y continuó llorando con más fuerza no pudo hacer más que besar sus lágrimas.
Lo cual funcionó porque Renjun comenzó a reír.
-¿Estás bebiendo mis lágrimas?
-Las estoy limpiando con besos. Trato de ser romántico.
Renjun se alejó solo un poco para unir sus labios en un beso dulce que sabía a sal, hizo un puchero cuando se alejaron y luego le sonrió al más alto. Jeno iba a decir algo más luego de pasar su pulgar bajo su ojo pero fue interceptado.
-Aja, esto es de mala suerte.-dijo Mark pasando su brazo por su hombro.-Nos vamos. Renjun, debemos llevárnoslo.
-Ustedes son un fastidio.-se quejó el chino refiriéndose a Mark y a los otros cuatro primos de Jeno que lo esperaban un poco más alejado.-Adiós, te amo.
-También te amo.-se despidió Jeno siendo prácticamente arrastrado.-¡Todo saldrá bien, te conseguiré los pasteles!
Soltó una risa despidiéndose con su mano. Si, había hecho una buena elección.