Capítulo 7

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El murmullo era generalizado en la habitación, parecía una clase de críos a pesar de la avanzada edad de cada una de las personas presentes en la clase, me acomode en mi sitio, siempre había sido de ir al fondo de la clase a dibujar o mirar por la ventana, quien imaginaria que acabaría en la universidad teniendo en cuenta que a mi no me agradaba estudiar... ¿Seria por el miedo a no tener futuro? Un bolígrafo permanecía atrapado entre mis dedos en un juego que denotaba mi inquietud, el cual se liberó en el momento en el que la mano de Mikeila interfirió en mi entretenimiento.
-Buenas tardes currante -Dijo tomando asiento a mi lado, toda su aura desprendía un aroma a perfume dulce.
-Hey mike, ¿que tal? ¿Te han dicho algo por lo de ayer?
Mikeila se rió con cierto descaro.
-Que me van a decir a mi, era idiota -Espetó
-Como no-Resentí
-¿Y tu con anthony?
Sonreí en respuesta a su pregunta, con lo cual lo entendió todo.
El murmullo cesó repentinamente, el profesor había hecho acto de presencia, la clase empezaba.
... ... ...
El café de después de cenar se deslizaba dulcemente garganta abajo, combatiendo así mis ganas de quedarme en el sofá viendo una película.
Las 22:24, no tardaría en ir con madame, mi pelo mojado me revestía la espalda, impidiendo la sequedad de mi piel levemente cubierta por una toalla, ni me molestaría en secarlo, lo impregne con algo de espuma y cubrí mi desnudez relativa con un pantalón corto color azabache, una camiseta corta, por encima del ombligo del mismo color, mi cinturón de balas favorito, unos tacones de aguja y mi chaqueta de cuero. Deje mi melena caer dándole forma mínimamente.
En la pantalla de mi móvil se reflejaban las 22:40, debía salir, tome un cigarrillo rellenando el intersticio entre mis dedos, lo encendí mientras el estrambótico ruido de la puerta cerrándose rompia el silencio del edificio.
Nuevamente las calles se veían mas apasionantes por la noche, daban rienda suelta a aquella venita olvidada de imaginación en mi cabeza que me hacia olvidar los grandes interrogantes que golpeaban mi mente. Las sombras de los objetos, en mi visión no eran mas que lugares curiosos e inexplorados, quizás en el fondo debia echar de menos mi niñez por muy satisfecha que me encontrara de mi situación actual, esa niña pequeña de mi interior no había vivido lo suficiente, había sido forzada a crecer en muy poco tiempo y muchas circunstancias, mi reflejo en el cristal de una tienda era perfecto, me detuve a admirarlo, lo que toda niña desearía ser de mayor, y yo que lo he logrado... ¿Porque deseo ser una pequeña inocente otra vez? Entre dilema y dilema moral el reloj marcaba las 22:54, aligeré el paso entre las calles hasta finalmente llegar al local, no estaba el característico neón rojo cereza pervirtiendo las calles, ni el aroma a alcohol y sexo abrazaba mi ropa pegándose en ella, era tranquilo, extrañamente tranquilo, 22:58, llegue bien de tiempo.
En los aposentos de Madame Lisbeth se escuchaban voces, voces tremendamente conocidas, mi vena de adulta cotilla me decía que me quedara tras la puerta escuchando pero la puntualidad era lo mio por lo cual justo a las 23:00 toque a la puerta.
-Adelante Ruth preciosa -Se escucho entre risas, abrí la puerta con timidez y en seguida reconocí rostros conocidos.
Madame sentada coquetamente en su escritorio con un cubata en mano, frente a Anthony, parecían ser extrañamente buenos amigos. Anthony tardo poco en percatarse de mi presencia lo cual me provoco una sonrisa maliciosa, pero a la algo me decía que mi nombre había salido de sus bocas en algún momento, concretamente de la de el, le di dos besos de cortesía, su mano me tomo por la cintura abrazandome, no me esperaba tanta simpatía.
-Tantas ganas tenias de verme?
Pregunte apartando sus manos
-Unas pocas
Mire de reojo a Madame, sonreía con su cubata en mano, algo me decía que sabia mas de lo que aparentaba callar.
-Bueno chicas os dejo solas
Se despidió anthony llevándose un cigarro a la boca mientras cerraba tras el, en mi mano, poco antes de poder hablar con Madame vibro mi móvil, ¿kheila de nuevo?
-Disculpe Madame -Me atrevi a musitar colgando el telefono
-Lisbeth, por favor dejemonos de formalismos -Dijo mirando mis manos con una sonrisa de lo mas ilegible
-Lisbeth, tu no tendrás algo que ver con las llamadas de kheila, no?Nunca ha sido tan jodidamente pesada -Medio critique dándole un sorbo al cubata que Madame dejo en la mesa a su lado.
-Puede ser, te contare a lo largo de la sesión
Como no, una parte de mi me lo decía, la intriga comenzaba a carcomerme, apreté el puño con rabia, realmente sentía que comenzaba a meterme en otro lío de los mios.
-Vamos abajo? Esta todo listo
Asenti siguiéndola mientras crujía mis dedos, realmente era bonita, esas piernas perfectas daban una forma impecable a su trasero definido, y los Piercings de la espalda le creaban una linea preciosa que hacia mas curvada su espalda visualmente, me embobaba mirarla, ¿quizás sera envidia? Abrió la puerta del estudio con el sonoro golpear de sus llaves, saltaban a la vista varias cámaras, un camerino, una esquina vestidor y varios focos para iluminar, además de un equipo de música con altavoces distribuidos en las esquinas del techo. Desde luego currado.
-No te asustes que no te tragará tanto chisme-Dijo riéndose mientras yo permanecía alelada analizándolo todo con calma, entre sin dejar de mirar, como una niña en una tienda de caramelos...
Madame se acerco a mi paseando su mano desde mi vientre hasta mi espalda semi descubiertas por la zona de la cadera...
-La cámara te va a devorar cariño
El contacto de su mano sobre mi me estremecía, se hacia tan... Sensual, me hacia sentir tan pequeña, no se, imponía.
-Fíjate, tienes unas facciones...
Continuaba mientras con la yema de su dedo repasaba la silueta de mi cintura, llegando hacia arriba a un mechón de pelo rebelde que paso tras mi oreja, después de la cual bajo sus finos dedos a mi mentón, alzándolo, observándome de arriba abajo, acercándose poco a poco con rostro escéptico y... Cazador
-Y en culo quizás algun día me saques competencia
Añadió bajando la mano y dando una suave palmada sorpresa en mi trasero que me hizo pegar un bote que pareció sorprenderla.
-Vaya, tan sensible como creía
Al despegarse su mano de mi cuerpo me hizo notar una sensación vacía, como si mi piel se enfriara de repente, notarla tan cerca me había puesto algo nerviosa...
-Esto.... Con que empiezo?-Pregunte tratando de volver a mis lineas
-Hmmm primero unas así tal cual, me encanta esa ropa que llevas -Dijo ajustando cosas tras la cámara. La sesión empezaba y la noche pintaba larga junto a Madame.

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La noche lluviosa dejaba rastros sonoros de pequeñas gotitas que precipitaban sin remedio alguno sobre la silueta de los edificios del pueblo. El colchon acogía nuestros cuerpos mentalmente distorsionados, semi muertos sobre el, bajo la aromatizada humareda de la hierba que visitaba nuestros pulmones, haciendo de la lluvia un sonido siete veces mas suave y relajante.
La delicada mano de Minerva me tendió el "cigarro", perezosamente extendí mis dedos y lo paseé en un corto viaje a mi boca, no sabia realmente sicderia fumar mas, pero mis pulmones ya absorvian en lo que yo pensaba. Mi cabeza se notaba inundada de una espesa masa de moléculas de THC, relentizando la imagen que mis ojos transmitían, notaba mi temperatura elevada y mi mente adormecida, pugnando por relajarse.
La mano derecha de Nick me rodeaba, apoyándome en su costado, como si no quisiera que me cayera a un vacío inexistente, al igual que retenía ya dormida a Malena en su brazo izquierdo.
Parecía respirar al ritmo de la canción " hijo del sol y la luna" que sonaba de fondo ambiental con la tenue luz del lugar.
Alvaro se mantenía físicamente apoyado en mi espalda, pero mentalmente adueñado de mis pensamientos, de aquel día en la acampada del lago, donde se inició nuestro juego, debía vencerle, mi orgullo me impedía disfrutar del juego.
Pero a la vez el morbo me rompía, si su novia se enteraba de aquellos gemidos forzados que me provoco en la tienda... Seria mi ruina. Lo cual lo hacia mas superior a mi, debía permanecer rígida y en silencio. Eso en teoría ya que su simple presencia en mi estado me hacia sentir desamparada.
Las palabras que veía resbalar ante mis ojos dejaron de verse cuando algo cálido comenzó a acariciar mi vientre hacia arriba haciéndome entornar los ojos, mierda noo.... Ahora no....
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Deslizaba mi mano bajo la camiseta de Syra, notando su cálida piel en la palma de mi mano, el silencio reinante me permitía hacerlo, total, no soy yo quien corre peligro de romper dicho silencio. La textura de su piel cambio en un segundo, en el momento en el que mi mano comenzaba a colarse bajo su sujetador. No tardaría en caer, la notaba estremecerse mientras mis dedos apresaban su pezón con poco cuidado, notarla así me hacia cojerla con mas ganas, pobrecita, se moría de ganas de gemir. No lo hagas querida. La mano de Syra aplicaba una ligera presión sobre la mía, como queriendo apartarla, pero a la no podía oponer mas resistencia, note un pequeño temblor al encontrar el punto justo. Trato de zafarse moviéndose hacia delante, como para acomodarse en brazos de Nick, pero yo me niego a soltar la captura, cubriendo nuestro sucio juego con la manta.
No lo hagas querida, aguanta, aun te queda por gemir, la noche es joven, y...porque esto sólo acaba de empezar.Syra

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Quería pedir disculpas personalmente por la tardanza y agradecer a los que me dejaron en comentarios que continuara, he procurado dejar el capitulo en suspense con la sesión de Ruth y Madame y la nueva aportación, Syra.
Gracias por la paciencia ★
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Gemidos de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora