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Dios

Rey de reyes y señor de señores; te encuentras sentado a la diestra de Dios y tan grande poder todo lo creo.

Tus vestidos son blancos, ¡oh, majestad! Cuán hermosa es tu santidad y tu poderosa voz, ¿quién se resistirá?

Señor mi Dios, ¡tu amor, tu amor! Tu gran amor, te llevo hasta la muerte para dar vida al pecador.

Agradecida estoy, ¡oh, buen Dios! Mi vida señor pongo a tu disposición.
Te adoran los Ángeles y la humanidad te exalta. En tu venida señor toda rodilla se doblará ante ti y con sus labios confesaran que tú eres Dios, nuestro rey y salvador.

Liliana González

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