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Mabu

El amor por las mañanas olía a café recién hecho,
algunas mañanas olía a pan de queso,
y si tenía suerte olía a mantequilla.

El amor era un arroz con café, una colada;
y la felicidad en compañía de Mabu se sentía tan bien como tararear mi canción favorita, como escribir poemas escuchando Do you (love me) de Yiruma y el amor se podría resumir en eso... en escuchar las risas de mi abuela.

Liliana González

Letras en mi diario  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora