Capitulo 14

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 (Narra Lauren)

Después de la vergonzosa cita con los padres de mi prometida, Rosalia quería ir al despacho y asegurarse que todo estuviera en su lugar, en cambio yo quería tener una tarde de chicos. Llamé a Robert y lo invité a tomar unos tragos y su voz no sonaba nada convencida, pero ignoré su estado de ánimo y me convencí de que sería una tarde de hombres intercambiando chistes y copas de licor.

– ¡Ryan! – exclamé cuando contestó su teléfono.

– ¡Mujer! ¿Cómo estás? – preguntó gratamente emocionado. – Oí que vas a casarte. – anunció. Un nudo se produjo en mi garganta. Me desaté el nudo perfeccionista de la corbata que me había hecho Veronica y tragué saliva.

– Bueno, eso es algo de lo que me gustaría hablarte hoy. Vamos a salir Robert, Chaz, yo y otros colegas a tomarnos unos tragos. – lo invité ansioso de que accediera.

– Mujer, estoy de vuelta en Canadá. No creo que los chicos quieran esperarme cinco horas en lo que llego. – anunció repentinamente.

– ¿Estás en Canadá? ¿Cuándo volviste? – pregunté más interesado de lo normal.

– Hace un mes aproximadamente. Gaby quedó embarazada y tuve que mudarme. Sus padres no iban a dejar que ella viniera aquí. – me contó.

– Joder, tío. ¡Vas a ser padre! – exclamé emocionada. Sería grandioso tener un hijo.3

– ¡Lo sé! Cuando me lo dijo casi moría. Me siento el hombre más afortunado del mundo por tenerla y por poder compartir esto con ella. – mencionó con voz ilusionada.

– Eres afortunado, Ryan. Esa mujer es hermosa y su forma de ser es preciosa. No la dejes ir nunca, hombre. – le compartí sincero.

– Gracias, Bizzle. – me nombró por mi apodo. – Espero que podamos vernos pronto y poder tomarnos esos tragos.

– Así será, Ryan.

– Salúdame a todos por allá. Nos veremos pronto.

– Nos veremos pronto.

Terminé la llamada y sonreí. Mi mejor amigo sería padre. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en mi rostro mientras me metía al auto y conducía hasta el bar donde habíamos quedado de vernos. Cuando llegué Chaz se encontraba platicando con otros amigos del negocio que había decidido invitar ya que éramos muy cercanos; Patrick, John, Dan y Scooter estaban con Chaz riendo e intercambiando historias cotidianas.

– ¡Eh, Lauren! – gritaron todos al unísono saludándome mientras me acercaba a la mesa.

– ¡Jodidos bastardos! – exclamé. Todos reímos y ellos se levantaron de sus lugares para compartir un apretón de manos seguido de un abrazo fraternal.

– ¿Qué han tomado, colegas? – les pregunté optimista.

– Cerveza. – contestó Ryan algo decepcionado.3

– Bueno, pensé que por ser ricos sabrían qué tomar. – me volví para buscar a un camarero. – Tráenos chupitos a todos, chico. ¡Yo invito! – exclamé totalmente feliz.

Todos gritaron al júbilo y subieron sus botellas de cerveza al viento mostrando victoria y alegría de que al fin alguien pedía algo bueno para todos. Los tragos llegaron junto con un bonche de limones para acompañar. Cada uno se sentó en su respectivo lugar bromeando y riendo todos juntos. Yo esperaba que llegara Robert diciéndome que Rosy me esperaba en el despacho, pero en esos instantes no tenía cabeza para estar con Rosy, no después de haber sido interrogado por sus padres por más de dos horas.

Sex Instructor 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora