12. ¿Arriba o abajo?

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Su despertador retumbó a lo lejos. Zhan trató de moverse intentando apagarlo, pero no pudo si quiera estirar su mano, Yibo lo mantenía fuertemente sujeto entre sus brazos y una pierna enredada entre las suyas. Abrió los ojos encontrando al castaño muy cerca de su rostro, su vista se concentró en el labio roto del menor. "¡Dios! ¿yo hice eso?" se preguntó sorprendido al recordar aquel momento.

Ambos se habían desnudado con urgencia cuando entraron a la recamara de Yibo, aún de pie y un tanto avergonzados miraron el cuerpo frente a ellos totalmente expuestos pero la visión les encantó así que superando sus nervios iniciales se acercaron con determinación comenzando a besarse.

-Ah, Bo- se quejó cuando este le había mordido levemente el labio recordando de pronto un detalle importante – espera... yo no tengo lubricante o condones – le dijo tratando de detener las manos traviesas sobre su cuerpo.

-Por eso estamos en mi habitación, Zhan. No tienes de qué preocuparte- le aseguró volviendo a besarlo, introduciendo su lengua necesitado. Sentir el sabor de Zhan en sus labios, la lengua rozar con la suya lo estaba enloqueciendo más aun sabiendo que todo era real. Quería más.

Con cuidado lo guio a la cama apenas separándose lo justo para tomar el lubricante y los condones de su mesita de noche, de pronto dudó sobre cómo continuar – Ahm, ¿cómo quieres hacer esto?- preguntó Yibo indeciso.- ¿tu el condón y yo el lubricante?- preguntó sonrojándose.

Zhan sopesó sus palabras. Él nunca había hecho algo así con un hombre, sabía la teoría, pero jamás se le pasó por la mente en verdad experimentarlo por lo que la inseguridad lo estaba invadiendo – pues... si quieres tu el condón y yo el lubricante – respondió temeroso de no hacer bien aquello.

-Pero dijiste que yo era la esposa- a Yibo lo invadían las mismas dudas.

-Sí, pero yo cocino para ti – respondió Zhan – así que creo que la esposa soy yo.

-Acabas de decir que lo disfrutaríamos de ambas formas – debatió Yibo – tu eres el mayor. Tu deberías tener el condón.

-Sí, yo soy el mayor, por lo que decido. Tú el condón y yo el lubricante.

Yibo dudó por un momento mordiéndose el labio.

-Está bien, pero después intercambiamos- ofreció su mano para cerrar el trato.

-De acuerdo.

Con manos temblorosas Zhan tomó el lubricante y vertió un poco en su mano, se colocó sobre la cama de rodillas pues acostarse con las piernas abiertas le parecía algo muy vergonzoso de hacer ante la mirada de Yibo.

-No mires- dijo sonrojado cuando con su manó buscó su entrada, indeciso de cómo hacer aquello.

-Lo siento-. Se disculpo Yibo y se giró un poco. En realidad, los nervios estaban matando la pasión que habían sentido en un principio. Yibo fijo su mirada a la esquina donde un gran espejo de cuerpo entero le mostraba a Zhan tratando de prepararse para él con una expresión complicada. La situación era ridícula por lo que no pudo evitar comenzar a sonreír para terminar riendo escandalosamente ante lo que intentaban hacer.

-¿Qué diablos te pasa?- preguntó Zhan molesto.

Yibo se colocó frente a él tomándolo de los hombros- esto es ridículo, algo estamos haciendo mal – dijo aún con la sonrisa en sus labios.

-¿por qué?- preguntó Zhan confundido.

Yibo detuvo la mano de Zhan que estaba ocupada en su parte trasera, el mayor trató de alejarla sintiendo vergüenza de que la tocara estando llena de lubricante, pero Yibo entonces comenzó a besarlo pegándolo a su cuerpo. Zhan pronto comenzó a dejar de pensar actuando por su instinto. Empujó un poco el cuerpo de Yibo para que este quedara sentado mientras él se acomodaba sobre él con una pierna a cada lado. Era una posición cómoda para Zhan. Pronto la excitación volvía a invadir ambos cuerpos comenzando a friccionar piel contra piel.

Era Una BromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora