✔✔ SERENPIDIA|| SAGA ALMAS UNIDAS|| 2° LIBRO HEREDEROS|| TERCERA GENERACIÓN HP

Londres

21 de diciembre de 2023

Siomara Malfoy había vuelto a Londres hacia un par de días. Y desde entonces se encontraba en Wiltshire, con su familia.  Era una medimaga especialista en Genética como su madre. Y ella estaba orgullosa. Había pasado un par de meses trabajando para el centro de investigación alemán, pero había decidido tomar un receso, pues quería ordenar sus pensamientos, y sus sentimientos.

-Serás la encargada del área de investigación- fue lo que dijo su padre aquella noche mientras cenaban.

- ¿Qué? - su mamá le sonrió y le tomó la mano dándole un pequeño apretón. Sus hermanos pequeños la vieron con una gran sonrisa. Serpens y Scorpius miraron de su padre a su hermana. Ninguno de los dos quería siquiera pisar la clínica, el olor a lo que fuera con lo que trabajaran allí les desagradaba de sobremanera. Mira, la pequeña Mira le sonrió de oreja a oreja. Estaba orgullosa de su hermana.

-Estuvimos conversándolo- dijo Draco viendo a Hermione, quien le dio una pequeña sonrisa- creemos apropiado que tú y Stephen comiencen a hacerse responsables de la clínica- Hermione asintió.

-Te graduaste hace poco- dijo Hermione- pero Greta ha dicho que eres una excelente medimaga genetista, estamos muy orgullosos de ti Mara. Además, es la clínica de tu madre, Adara estaría orgullosa de ti, y creo que todos estamos de acuerdo en que eres más que capaz de guiar el área de investigación. Ha estado un poco dejada desde que asumí como ministra.

-Eres la persona ideal- dijo Draco- confiamos en tus capacidades. Debemos volver a trabajar en investigación, y hasta donde sabemos, es el área en la que te querías desempeñar- la castaña asintió en dirección a sus padres- a menos que tengas otros planes.

Siomara se vio siendo escrutada por la mirada gris plata de su padre, y sintió el leve apretón de manos que su mamá volvió a darle.

-Está bien- dijo ella- pero quiero a Stephen aquí, si he de volver a Londres a vivir, quiero que Stephen también vuelva- era egoísta, sí. Pero su hermano era su ancla.

-De hecho- dijo Hermione con una pequeña sonrisa orgullosa- Draco ha decidido dedicarse a algunos casos, y dirigir la clínica como director- ahora Hermione tomó la mano de su esposo- así que le escribimos a Stephen y volverá en enero. Será el director del área de pediatría, y coincidentemente- dijo Hermione con una pequeña sonrisa- dijo que solo volvería si tu aceptabas ser la directora del área de investigación.

Claro que esa era una de las cosas que ellos compartían. La medimagia, y las ganas de trabajar juntos. Se habían separado solamente porque Greta Gerber había decidido ir a formar genetistas a Alemania, dejando atrás la clínica en Suiza. Algo que a Stephen le cayó tan mal, que por un momento evaluó irse a Alemania con ella. Desde que se conocieron hace años, jamás habían pasado tanto tiempo separado. En Hogwarts habían encontrado la manera de esquivar las restricciones de la sala común de Slytherin y la de Ravenclaw, para pasar tiempo juntos. Ambos eran el ancla del otro.

La formación profesional los llevó a tomar distancia, pero habían acordado volver juntos a trabajar a Londres cuando así su papá se los pidiera. El día había llegado. Aunque ahora Mara tenía otro problema. Algo que había reservado para ella por un par de meses. Henry Ström, con quien se comunicaban casi a diario. Noviazgo por correspondencia.

-Entonces- dijo la chica de ojos azules- después de navidad iré a buscarlo- Draco le asintió con una pequeña sonrisa y Hermione le sonrió abiertamente para luego abrazarla.

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22 de diciembre de 2023

Mara Malfoy había ido a la Clínica y Centro de investigación Adara Weiss. Había firmado su contrato para iniciar a mediados de enero, después de sus pequeñas vacaciones en Suiza. Suspiró. Aquella mañana había recibido una carta de Henry. No podía creer que, a meses de haberlo conocido, seguía guardando recelosamente su relación. Realmente no quería que nada dañara aquella fascinante sensación que la envolvía cada vez que de Henry Ström se trataba. Una sonrisa boba surcó su cara, para luego agitar su cabeza y quitarse aquellos pensamientos.