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Epílogo

07 de septiembre de 2027

Mara sonrió mientras tomaba los resultados de los exámenes que se habia hecho hace unas horas. Miró la foto que adornaba su escritorio. En ella se veía su brazo y el de Henry, ella con su vestido de novia de la fiesta, y Henry con una camisa mal puesta. Lo lindo de la foto eran sus manos entrelazadas. Se habían casado el 13 de junio de ese año, en una íntima ceremonia con sus amigos, los amigos de Henry que viajaron de Suiza, y sus familiares. Una boda de unas 100 personas contando a sus colegas y algunas personas importantes del ministerio.

Cien personas era harto, pero si consideraban que habían tenido que pedirle a la abuela Cissy que dejara de llenar nombres, eso habia sido lo más íntimo que habían logrado. Mara respiró con tranquilidad, cuando el ministro de fe del ministerio hizo el hechizo de vinculación con sus varitas. Su núcleo mágico, no era del color de los Malfoy, pero para su suerte, no se habia equivocado, su núcleo mágico no se vinculaba con los Montenegro. Ella era la hija natural de Adara Weiss, y su color fue el celeste. Como el de su familia. Se enlazó a un hermoso color plateado de los Ström.

Como habia pedido que no fotografiaran ese momento, por el temor de haberse equivocado en sus declaraciones, no había registros de esa unión. En cambio, su ingeniosa hermana Samira, habia invocado esas luces pequeñas, y las habia envuelto en sus brazos. Como el hechizo del matrimonio. La fotografía era incluso más linda de lo que ella hubiese esperado. Tocaron dos veces la puerta. Ella supo de inmediato que era Henry.

-Pasa- dijo poniéndose de pie. Su vestido era floreado, y se veía ya que la bata la llevaba abierta. Henry entró con ese par de hoyuelos marcando en su cara, y sus ojos verdes reluciente. Cerró la puerta, y ella lo vio conjurar un hechizo silenciador.

-Te extrañaba, señora Ström- Mara rio cuando se acercó a él, y capturó sus labios en un beso. Henry metió sus largos dedos en su cabello- ¿sucedió algo? - preguntó realmente interesado- te vi pasear por fuera de mi consulta.

-No estaba paseando por fuera de tu consulta, fui a ver un medimago- murmuró la chica. Henry la guio hasta el sillón, y ella se sentó de costado sobre él. Henry acarició su espalda.

- ¿Sucede algo malo? - volvió a preguntar. Mara pasó un brazo tras su cuello, y comenzó a jugar con su cabello.

-No- dijo ella distraídamente mientras tomaba con su mano izquierda la de su esposo. Sus anillos relucieron, Henry llevó sus manos a su boca para besar la mano de la chica- no sé si te debería decir, es pronto aún.

- ¿Pronto?, ¿para qué? - Mara buscó los ojos ansiosos de Henry. Ese par de ojos pardo le devolvieron la mirada- Mara, me estoy preocupando.

-Estoy embarazada- dijo finalmente- seis semanas, exactamente- Henry la miró, una vez más como un ciego que acababa de ver la luz, y la apretó contra su pecho- ¿estás feliz? - se atrevió a preguntar, mientras se acurrucaba en el pecho del hombre.

-Me has dado la mejor noticia del mundo, Mara- dijo él depositando un beso en su coronilla- una pequeña Mara.

- O un pequeño Henry- dijo ella asintiendo.

- ¿Cómo supiste? - preguntó él con ilusión en su mirada, Mara rio.

-Stephen lo sospechaba hace una semana. Dijo trabajo con niños, Mara, veo madres embarazadas cada mes, hay partes de ti que han cambiado- Mara hizo una seña en sus pechos- fui con la medimaga, y me hizo un examen. Estoy completamente embarazada- asintió la chica- seis semanas.

-¡oh, Mara!- la estrujó un poco más en su abrazo- no sabes lo feliz que estoy, ¿estás tu feliz?

-Claro que sí- sonrió ella- vamos a ampliar nuestra pequeña familia, señor Ström- dijo dándole un breve beso en los labios- quiero tantos hijos como tú estés de acuerdo que tengamos- asintió ella- ya lo sabes, me gustan las familias grandes. Tan grandes como la mía.