Preámbulo de un cambio

507 28 1
                                    


Listo al fin tenía el objeto que buscaba, el día había llegado, lo metí en una bolsa de ziploc, pasaría a dejarlo al laboratorio, un toquido en mi puerta hizo que lo guardara rápidamente en mi mochila.

-Adelante-conteste mientras simulaba que arreglaba mi cabello.

- Morgan ¿te aseguro que más bonita no puedes estar? – por el espejo de mi tocador pude ver la gran sonrisa de mi papá Steve siempre me levantaba el ánimo.

-Papá lo dices porque soy tu hija- se acercó y me dio un beso en la mejilla.

- Eres mi princesa, digamos que Tony y yo hicimos un excelente trabajo, pero también debes de alimentar más esta bellísima cabeza con muchos conocimientos, así que apúrate el desayuno está listo si no perderás el autobús.

Aun cuando la cotidianidad era el pan de cada día en mi casa, me encantaba eso, todos los días mi papá hacia un delicioso desayuno, de hecho él siempre se encarga de todas nuestras comidas y cocina delicioso, aunque no debo de quitarle merito a mamá, él siempre sabe dónde pedir el mejor servicio de comida a domicilio, en fin, todos los días de lunes a viernes siempre a las 8 bajaba sin falta, vestido con su costoso traje y saco en mano, antes de su primer sorbo a su taza con su preciado café, se le colgaba a mi papá de su cuello y le daba un beso de buenos días él le correspondía abrazándolo y murmurándole siempre al oído un : te amo. Lo cual hacía que él se sonrojara cada día, nunca creí que una persona pudiera tener ese efecto en otra todos los días.

Desayunábamos los tres juntos, siempre platicando de cualquier cosa ese no era el problema ya que hacíamos más y más conversación de lo que sea desde deportes hasta los proyectos de complejidad de mi madre, el tenía una empresa bastante prestigiosa: Industrias Stark, me encantaba cuando lo acompañaba porque podía ir a los laboratorios a ver las nuevas creaciones tecnológicas, mi madre era considerado un genio y orgullosamente herede ese intelecto como van las cosas a los 15 también ingresare al MIT y sí también amo la ciencia.

Mi padre Steve tiene un importante cargo en el ejército hasta donde sé, lo cual traía también un gran riesgo, cuando salía de viaje prendíamos una veladora frente a una cruz, en la mañana y en la noche rezábamos por su regreso con bien, hasta donde sabía mi madre no era creyente eso lo sé por mi abuelo, pero nadie me ha dicho porque lo hizo, pero hasta ahorita nuestros rezos siempre habían funcionado, papá siempre ha vuelto sano, con algunos raspones pero bien siempre me dice que acabo con los malos.

Nuestra casa se ve pequeña a la vista pero por dentro es enorme, mi papá Steve tiene su estudio de pintura el cual ocupa cuando tiene tiempo libre, mi cuarto con un enorme closet que mi mamá decidió hacer previniendo que cuando fuera grande lo llenaría de vestidos, zapatos y bolsas, apenas lleno una cuarta parte con mi ropa, pero me gusta para acostarme a leer un libro, la alfombra es muy cómoda, el cuarto de mis padres creo que es la habitación más grande, tiene un enorme closet lo he medido y es el doble que el mío, es solo para mamá, mi papá tiene otro aparte pero tiene la mitad de espacio, creo que se quién es el adicto a las compras, tenemos varias habitaciones para huéspedes, las cuales en diciembre siempre se llenan porque mis abuelos o mis muchísimos tíos vienen a pasar con nosotros las fiestas o si pueden en verano pasan una corta temporada con nosotros, frente tenemos un largo camino para llegar a la puerta principal, mamá dice que para hacer más suspenso y un enorme jardín que en los días de descanso de papá se pone a trabajarlo, aunque ellos no me dicen tenemos un sofisticado equipo de seguridad y no dudo que yo tenga algún dispositivo y no me haya dado cuenta.

Mis abuelos Howard y María viene a vernos seguido y pasan una temporada con nosotros cuando eso sucede tenemos picnic, parrilladas y comidas en el jardín mucho muy seguido, cuando llego de la escuela la cocina está impregnada por el olor a las deliciosas galletas de mantequilla especialidad de mi abuela y adoro también las galletas de chispas que me hace solo para mí, aunque no soy mala le guardo a mamá a veces.

Sí, mi vida, aunque es simple, aburrida y hasta a veces tediosa y como podrán ver sin problemas económicos, la amaba tal como era, pero dio un giro de 360 grados hasta hace un par de meses atrás.

PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora