Octubre 18, 1993.
La monotonía se volvía un constante aburrimiento,
A veces solía soñar que era un ave libre entre el viento,
Comencé a omitir la realidad de la sociedad,
Y con mis libros deje mi imaginación navegar,
La literatura era mi vida y los versos verdades a medias,
La sociedad solo tenía verdades en sus tragedias,
La lectura pigmento cada parte del lienzo que conforma mi corazón,
Endulzó mi alma con sus párrafos y versos,
Entre los estantes se escondían temas diversos,
El silencio no era más que un tenue murmullo,
logrando disipar todo sonido cuál susurro,
Entre cada pasillo se presencia la vida después de la muerte tras cada hoja en tinta,
Plasmando en cada una de ellas una historia distinta,
Siendo la mente los versos y la tinta el alma del autor,
Dejando su esencia para complacer al lector,
Entre las esquinas más desoladas de la biblioteca,
Se encontraba un joven haciendo una que otra mueca,
Distante de la realidad,
Sumergido en una obra,
Nuestras miradas conectaron,
Y ahora éramos dos jóvenes avergonzados,
Tu mirar era de esmeralda y océano,
Parecías digustado de ello,
Tan solo poseía un mirar de canela y roble,
Sin embargo me contemplabas con tu corazón noble,
Pigmentos de estrellas adornaban tu rostro,
Y parecía que tú lo considerabas algo monstruoso,
Pequeñas gotas de lluvia comenzaban a adornar tus mejillas,
Entre mis manos de iceberg tome las tuyas,
Eran tan cálidas y reconfortantes,
Confundido me observaste por instantes,
Podía ver a través de tu mirar la inseguridad que está sociedad te provoco,
Entre mis dudas finalmente te di un abrazo,
Temblabas como terremoto en tu llorar,
Y te aferrabas como si fuese a tu mar calmar,
Pequeños ocasos iluminan nuestra presencia tras la ventana,
Y comenzaba a sentir la calma de tu alma,
Fue así el comienzo de está amistad,
Combinando nuestra extraña y peculiar personalidad,
Tu inseguridad se desvanecía como los rumores,
Y tú autoestima se fortalecía ya no a base de tus libros de amores,
Amaste a la literatura antes que a ti mismo,
Procurando cuidarte de ti como sí fueses un sismo,
La monotonía de mis días dejaron de ser aburrida,
Y se convirtió en algo más que una nueva rutina,
La biblioteca se volvió un refugio y ambos lo convertimos en nuestro recuerdo de amor,
La sociedad dejo de verse como una despigmentación,
Tal vez sea el día o el inicio del amor que invade mi corazón,
Es que como no amar la heterocromía de tu mirar,
Y tu risueña e infantil sonrisa que me hace suspirar,
Como tus mejillas de estrellas,
Y tus labios de almendras,
Dos enamorados de la literatura y la ficción,
Inseguros ante la sociedad y protegidos por la lectura,
Con nobleza y amor en su corazón,
Dejaban exponerse así mismos el alma de su aura,
El romance y la aceptación fueron las bases de esa unión,
La sinceridad y la calidez de su amor era más que una razón,
Sin envidias o mentiras,
solo un amor entre líneas.
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~ La joven que vivía de la poesía ~
PoesíaLa joven que vivía de la poesía no era menos, no era más, era vida como los demás, la soledad la mentirá y la traición tenían agonizando su frágil corazón mientras la literatura se volvió su inspiración y sustento emocional creando diversos mundos d...