✿ Capítulo 2 ✿

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División de Shinjuku

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División de Shinjuku.
Restaurante Nabezo.

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Saliendo del hospital, Ramuda se encaminó por las calles de Shinjuku hasta encontrar un restaurante que le pareciera conveniente. De todas formas, todos eran casi iguales.

Llegó al segundo piso y directamente fue a sentarse en las mesas cerca a las enormes ventanas del lugar. Ahí podía observar el cielo nublado de la división.

Así como en muchas de sus salidas con Jakurai, el más joven se cuestionaba qué rayos hacía.

Era difícil que alguien además de él mismo pudiera entender cómo se sentía. Si las mujeres de Chuuoku se enteran de que está gastando su tiempo con un doctor que a penas conocía, ¿qué era exactamente lo que dirían?

¿Qué dirían sobre Jakurai? O peor, ¿qué es lo que harían...?

El sonido de su lapiz romperse le tomó por sorpresa.

Había empezado a dibujar para matar el tiempo, diseñar algunos conjuntos no le haría mal. Aunque también podía estar en su taller confeccionando, podía estar haciendo muchas otras cosas, pero helo aquí.

Observa el lapiz roto en su mano con desinterés, a la vez que reflexiona acerca de lo complicado que es no comprender lo que tanto le atraía del doctor. Sin duda se divertía a su lado y sus charlas podían volverse interesantes, hasta dejarlo pensando por días en las palabras de Jakurai. Pero la realidad era que no tenía razones para seguir en contacto con él.

Estaba claro que le debía una por ayudarle y brindarle hospitalidad aquella noche, pero también entendía que a los ojos de Jakurai —y para qué mentir, a los suyos propios— no era una deuda que debía pagar haciéndole compañía.

Quizás hacía esto para tener algo de diversión en su insignificante vida. Saber que algo era suyo — y no necesariamente de manera posesiva— como ya se había replanteado, era bastante estimulante.

El zumbido de su celular le hizo despertar de su trance.

  Onee-san molesta

Su entrecejo se frunció, esta vez no pudo disimularlo, estaba teniendo un buen día como para que esa mujer hiciera presencia. Y con ese pensamiento, arrojó los dos pedazos de su lapiz lejos para contestar recomponiendo su sonrisa.

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Cuando Jakurai terminó su último turno antes del horario de almuerzo, no se sorprendió al encontrar que en su celular, ya tenía un mensaje con la ubicación del restaurante que Amemura había escogido y una fotografía del mismo con una gran sonrisa, mostrando dónde estaba la mesa que eligió.

 ✿ La Composición De Mi Vida ✿ Jakuramu ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora