CAPÍTULO 13

51 4 1
                                    

Capítulo 13     Admítelo

Era por la tarde y acababa de terminar mis deberes cuando alguien tocó el timbre y como estaba sola me tocó abrir la puerta a mí. Era Will, que raro. ¿Cómo sabia donde vivía?

-Hola- dijo alegremente-Cameron el otro día se chuleaba de vuestra nueva casa, y me aburría así que he venido para verla, le he escrito a Cameron, pero no responde.- Me dió explicaciones sin ni siquiera pedirlas.

-Vale...- dije dudando y extrañada.- Pero... ¿Cómo sabes mi dirección?-  yo que ya había hecho planes para lo que quedaba de tarde.

-Me la dijo Ian un día- dijo despreocupado colándose en mi casa sin preguntar.

-Oye que no te he dicho que pases-  dije de mala gana al verlo sentado en el sofá.

-¿Me traes algo de beber?- mira me podrá haber ayudado en las votaciones, pero ahora mismo quiero darle una patada en el culo, y lo digo enserio.

-No, voy a salir así que tú también te vas- dije yendo a mi habitación a por mis cosas.

-Con lo bipolar que eres me vas a dejar acompañarte, hasta pasaríamos un buen rato- declaró muy tranquilo siguiéndome.

-También, entonces que, ¿me acompañas?- pregunté tranquila cogiendo mi móvil.

-No pienso negarme a tal oferta tan increíble- dijo de la forma más culta que pudo, yo no sé porque me reí.- Este libro esta descatalogado, ni si quiera en pdf lo logro encontrar- murmuró asombrado, era un libro que mi padre había traído de nuestra tierra natal al huir de sus padres, pensé. Me sorprendía que le gustaba leer, porque no cualquiera se lee un libro tan antiguo como ese, y yo que pensaba que sus neuronas no servían.

-Si quieres te lo presto, total te veo de lunes a viernes así te lo podré reclamar cualquier día- me encogí de hombros.

-Acepto- dijo con entusiasmo.

-Voy a ver a mi tía, necesito que me lean las cartas.- dije poniendo seguro a la puerta de la casa.

-Cool, yo también quiero que me lean las cartas- asintió de forma chistosa.

-Pues este es nuestro plan de esta tarde querido O'conner-dije de forma graciosa.-Aparte quiero, hacer unos cambios a un collar para regalárselo a Triz- añadí tranquilamente.

-¿Cuál collar?- me preguntó curiosamente, mirándome a los ojos.

-Este- le enseñé el collar que llevaba en el cuello- fue un regalo de Jake pero a Triz se lo enseñé y le gustó mucho así que he decidido regalárselo poniendo una inscripción por detrás- dije viéndolo por última vez en mi cuello.

-Ya sabía yo que debajo de ese mal carácter hay una chica amable y dulce- le pegué ligeramente en el hombro.- Admítelo o no te dejo en paz.

-A ver, número uno tú nunca me vas a dejar en paz, dos si soy amable pero dulce no, creo que tantos puñetazos te ha afectado a las dos neuronas que tienes.- Me reí, no como una loca, como me suelo reír, sino con una pizca de dulzura. Vaya ahí estaba mi parte dulce.

-Es gracioso estar contigo porque uno nunca se aburre. Además en esa risilla esta tu toque de dulzura- me miró en forma graciosa, yo empecé a negar repetidas veces, él decidió hacer me cosquillas.

-Déjame- chillé riéndome sin parar. 

-Si dices que lo admites te dejo de hacer cosquillas- juro que no lograba librarme de su agarre.

-Vale... vale, lo... admito- reí sin parar.



-Hola, tata- saludé a mi tía sonriendo.

Los ocho (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora