CAPÍTULO 22

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Capítulo 22 Me han dicho cosas peores parte 2

Metí la cabeza de Nate en el agua. El forcejeaba por librarse pero no podía con las manos atadas. Respire hondo y puse los ojos en blanco y saqué su cabeza del agua.-¿Hablaras?- pregunte mirándolo a los ojos. El negó con firmeza.- Lamentó informarte que tarde o temprano hablaras conmigo todos hablan.- Ahora me toca emplear otra técnica esta no va a funcionar. Me aleje de él unos instantes respire y cogí las fuerzas necesarias para continuar con esto hasta el fin sin más pausas

-Me mentiste- gritó Nate desesperado.

-Que penita, voy a llorar- dije sarcásticamente aunque con una pizca de verdad.- Sí hablaras todo sería más fácil – dije haciéndole otro corte. El corte no era muy profundo. Nate grito de horror.

-Éramos amigos ¿Por qué me haces esto?- gritó desesperado. Su desesperación me llenaba de tranquilidad, ilógico ¿verdad? Mi vida está llena de incoherencias.

-Ya, pero ordenes son ordenes- me encogí de hombros. El dolor y la benevolencia son debilidades. Puse mi dedo en una de sus heridas. El dedo se me lleno de sangre. Probé la sangre.- Pura inocencia comparado con otros que me han mandado a torturar- me miró con horror. La mejor forma de asustar a alguien es así

-Estás loca- murmuró con la voz temblorosa.

-Me han dicho cosas peores- me encogí de hombros.- Plan b- cogí un mechero y calenté la hoja de la navaja.

Puse la hoja de la navaja en su piel. Gritó de horror. Lo repetí varias veces, pero no logré nada. Le hice cortes en las piernas y le puse lejía algo que ardía mucho. Sus gritos eran entretenidos. Pero tampoco fue suficiente para que hablara. Cogí el mechero y le fui quemando la piel creándole quemaduras de primer grado, las más dolorosas. Porque si fueran de tercer grado quemaría los tejidos y los nervios, y si se le queman los nervios no se siente el dolor. Lo que necesitaba era que sintiera el dolor no que escapara de él llegara un punto que no aguantara el dolor y cantara Nate es fuerte, pero no lo suficiente.

-Para por favor Mavi- me suplicó. La única forma de huir de lo que sentía era sacando mi lado malo, el que ganó el sobrenombre de La Dama de Negro. Estrellé mi codo contra su nariz y salió mucha sangre se la había roto. Suspiré tengo demasiado sueño. Cogí una bolsa de plástico y la puse en su cabeza. Nate se empezó a ahogar pero seguía sin hablar. Le quité la bolsa molesta por no conseguir lo que quería.

-No- me senté delante de él.- ¿Tu no tienes una hermana pequeña?  Si no me equivoco tiene diez años- juguete con la hoja de la navaja con la cual lo queme y le hice cortes.

-No le toques ni un pelo- me amenazó.-María sabes bien que es mi vida, no la toques- amenazaba pero no tenía poder ahora mismo atado a una silla

-Nunca he torturado a nadie tan joven, ¿aguantara tanto como tú o menos?- sonreí viendo cómo se ponía pálido el chico.- Ahora mismo debe estar durmiendo, porque mañana tiene una prueba de baile- dije en voz alta para alterarlo.- La academia se llama...- Nate me interrumpió.

-Te lo diré, pero no le hagas nada a mi hermana te lo suplico- Nate era incapaz de decir una sola palabra firmemente. Que débil. Siendo tan poderoso llega a ser tan débil. Había cosas que no había descrito sobre su tortura.

Verdaderamente en ninguna ocasión pensé en hacerle nada a su hermana solo fue para que hablara. Simplemente fue manipulación emocional.

-Habla- ordené.

-El diez, en el puerto sur, dos toneladas de coca colombiana.

-Bien, muy bien- me levanté y llamé a Ilian.

-¿Qué va a pasar conmigo?- preguntó nervioso.

-No lo sé, lo que me ordenen.

-Son las seis de la mañana ¿Qué coño quieres? – ellos me habían obligado a estar estas últimas horas torturando a este pobre chaval, que se aguante.

-A mí me hablas bien o te parto la puta cara, el diez, puerto sur, dos toneladas, coca colombiana.

-Bien vale

-¿Qué hago con el rehén?

-Mátalo- sentí una presión en el pecho.

-¿De qué forma?

-Causas naturales

-Claro con muestras de tortura y resulta que muere por causas naturales- volteé los ojos con molestia.

-Apáñatelas como sea pero por causas naturales- y me colgó. Que incordio este chaval.

Y ahora ¿Cómo le hago? ¿Desangramiento contara? ¿Deshidratación?
Ilian me llamo, me acaba de colgar y me llama.- ¿Qué?- me quejé.

-Puede ser mejor por sobredosis o desangramiento, o algo que parezca una guerra entre mafias- me dijo y colgó. Que impertinente.

-Bueno lamento informarte que mueres. Espero que hayas disfrutado de tu vida.- Cogí la pistola, pesaba, la sujete con fuerza, me puse delante de él. Calenté la muñeca, mire para otro lado y empecé a disparar. Moví la cabeza para verlo, había llenado su cuerpo de plomo. Deje mi pistola con el silenciador en la mesa que tenía cerca de mí. Me tape la boca tenía ganas de vomitar, el no dormir me estaba afectando.

Mire mi ropa. Estaba llena de su sangre. Subí las escaleras y abrí la puerta del sótano. Triz estaba dormida en el sofá. Chris estaba dormido en el suelo. Diego con el móvil. Liam se estaba cabeceando.

-Ya está- murmuré alto haciendo que Liam, Chris y Triz se despertaran.

-Has tardado- me dijo Diego.

-Ya tuve que manipularlo emocionalmente con su hermana para que hablara- me senté en el suelo.

-Diego encárgate del cuerpo- ladeé la cabeza.- Córtalo en pedacitos y mételas en caja y envíalas a todas las casas de su familia- Diego asintió y fue a su sótano.

-Date una ducha no puedes ir así a tu casa- me dijo Liam.

-Diego te voy a robar ropa- le dije y me fui a bañar me hacia falta la ducha porque sino me dormire.

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No soy una experta en escribir escenas de torturas,  pero he echo lo que he podido, espero que os haya gustado. Si os ha gustado vota y comenta te lo agradecería mucho. Que triste es saber que de este grupito no seguirá vivo al final (me refiero a Chris, Liam, Olivia, Triz y Diego)

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Los ocho (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora