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Hyunwoo estacionó el Porche frente a casa, no quiso meterlo a la cochera porque sabia que irían a la cena de sus suegros, así que el auto debía estar listo.

Salió del auto, con las llaves agitando en la mano, subió las gradas de su maravillosa casa y entró. La parte favorita de su día. Regresar a casa.

-¡Estoy en casal- Gritó al escuchar el silencio en la sala.

Jooheon, quien se encontraba en su habitación junto a Kihyun arreglandolo para irse, se escapó entre los brazos de su papi para salir corriendo en busca de su padre con solo escuchar su voz.

Hyunwoo pudo escuchar la risa de Jooheon haciendo eco por toda la casa, observó al pequeño niño con el cabello casi rizado bajar las escaleras rápidamente.

-Con cuidado, Jooheon-Dijo acercándose a él rápidamente para evitar accidentes. Lo cargó entre sus brazos haciendo que el pequeño lo abrazara como un koala.

-¡Papál- Sonrió Jooheon.

-¿Como estás, campeón?

Hyunwoo adoraba aquellas bienvenidas, calurosas, afectivas y amorosas por parte su hijo mayor.

Jooheon comenzó a hablarle sobre su día en la escuela, las tareas que hizo, la estrellita dorada que se ganó en la frente y lo más importante, el nuevo juego que su primo Minhyuk tenía. A Hyunwoo le costó demasiado entenderle o encontrar una coherencia entre las palabras del pequeño castaño.

-¿Me complas uno?-Preguntó juntando sus manitas en forma de suplica. -Pol favol, pol favol, pol favol... - Repitió varias veces.

-Ya veremos... Respondió el pelinegro pensado que aquél juego no le ayudaría en nada sobre su vida. Estaba en contra de los video juegos.- ¿Donde está papi?

-Eta en mi cualto... ¡Mila mi cabello!-Señaló los pequeños rizos.

-Te ves precioso.

Jooheon sonrió haciendo que sus ojitos se convirtieran en líneas adorables. Hyunwoo le dió un beso en la mejilla por su acción y entró a la habitación de Jooheon; un cuarto pequeño pintado de color azul, una cama repleta de peluches, un escritorio con libros para colorear, un baúl con juguetes y un armario donde guardaba su ropita. Pero Kihyun no se encontraba ahi.

Hyunwoo cerró la puerta y caminó a la suya, una habitación el doble de grande que la de Jooheon, con una cama matrimonial (dónde ahora solo dormía él por los recientes llantos de Changkyun en las madrugadas), un tocador, un baño extra y el ropero.

Observó a su esposo cambiando a Changkyun con cuidado.

Kihyun había decidido ponerle al pequeño bebé un mameluco blanco y encima su trajecito café de osito con un moño amarillo en el cuello porque sabia que hacía mucho frío afuera y lo menos que quería era que su bebé se enfermara.

-¡Papi!- Gritó Jooheon tratando de llamar la atención de Kihyun, quién terminaba de cambiar a su pequeño gatito sin darse cuenta de la presencia de su esposo.

-Jooheon, ya te dije que no corras, aún no... -Se detuvo al ver a Hyunwoo en la puerta.

Estaba sorprendido de verlo ahí, de pie, observándolo con una enorme sonrisa. No se imaginaba que regresaría tan pronto. Incluso ya se había preparado un discurso larguísimo para reclamarle su ausencia pero lo olvidó en cuanto sintió su perfume cítrico abundar en la habitación.

-Hola... te dije que haría lo imposible.

Hyunwoo bajó a Jooheon en el suelo para acercarse a su esposo

-Pensé que volverías más tarde... -Dijo poniéndose nervioso por la forma en que Hyunwoo lo observaba y acortaba la distancia.- Ya cambié a los niños, iré a darme una ducha rápida.

DIVORCIO. - SHOWKI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora