【Capítulo 8】

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Oh, tú llenas mis pulmones de dulzura, y mi mente de tí.
-The Paper Kites - Bloom.

Paseé de manera suave el lápiz por mi libreta de dibujo, mordí mi labio inferior y seguí haciendo las curvas, las flores hacían contraste. La música que las enfermeras tenían puesta me daba mucha relajación, o tal vez era el panorama que tenía en frente.

Era en ése momento que le agradecía infinitamente a mí hermana de haberme traído ésto, tal vez sí me conoce un poco.

Tarareaba esa canción que Hyeongjun también cantaba de vez en cuando, era pegajosa. Hyeongjun era tan hermoso cuando estaba tan relajado, tan sereno y con esa linda sonrisa plasmada en su rostro. Bajé mi lápiz por un momento y empecé a contemplar al chico, una sonrisa se formó en mis labios, ese cosquilleo volvió a mí, ese barullo que mi mente hacía en cuestión de segundos. Hyeongjun dio vuelta y me dedicó una mirada cargada de felicidad, esa felicidad que me estaba sabiendo transmitir de hace unos días.

En mi cabeza rondaban varias preguntas desde ya unos días, y una de esas era; ¿Por qué Hyeongjun está aquí? ¿Qué enfermedad tendrá? Yo no lo he visto con tratamiento, ni pastillas al igual que yo, tampoco lo he visto interactuar mucho con las enfermeras, pero éstas lo conocen como la palma de su mano, su cuerpo no demostraban ningún síntoma a parte de estar bajo de peso, o esa única vez que lo vi tosiendo sangre. ¿Será peligroso lo que sufre? ¿Será contagioso? Bueno, ni de modo, ya hasta lo había besado, y hablando de beso, por mí cabeza no dejaba de rondar una y otra vez esa escena, Hyeongjun al parecer tampoco sabía, pues no había hablado del tema, ni siquiera una indirecta, llegué a sentir un poco de decepción, pero a la vez alivio.

Me enderece un poco al ver como Hyeongjun caminaba a mí para luego tomar asiento a mí lado, le sonreí cálidamente, éste devolvió la sonrisa. Parecíamos una pareja pícara que guardaba algún secreto.

¿Pareja? Suena raro, más está bien si es con él.

—¿Qué piensas? —Preguntó mientras jugaba con algún mechón de su castaño cabello—

—¿Por qué estás aquí? —Hyeongjun me miró y dejó de jugar con su cabello, colocó sus manos en sus rodillas. Estaba nervioso—

—¿Qué hace alguien en un hospital aparte de visitar a un enfermo? —Rodé los ojos, me evadió la pregunta, o algo así— No te preocupes Mini, dentro de poco ya no voy a estar en éste lugar.

—Me gustaría que fuera así. —Comenté bajando mi mirada. Observé cómo Hyeongjun se acercó a mí rostro con cuidado, mi corazón se aceleró, ¿Me iba a besar?—

Por acto de reflejo cerré mis ojos, con inseguridad, esperando que sus labios llegasen a topar a los míos..

Pero no, sólo sentí como sus cabellos acariciaron mi rostro, y como un peso caía en mis piernas. Abrí mis ojos de golpe, miré hacia abajo y pude ver la sonrisa burlona de Hyeongjun. Sentía mi rostro caliente, ¡Qué vergüenza! Y yo que cerré los ojos pensando que me iba a besar.

—Eres un idiota. —Solté con molestia y vergüenza—

—¿Y ahora qué? —Escuchaba sus carcajadas, más no lo quería ver, sentía muy caliente mi rostro, lo más seguro es que estuviera rojo— ¿Querías que te besara? Lo puedo hacer ahora.

—Piérdete.

Hyeongjun y yo pasamos el resto de la tarde en bromas, aseguraba que el hospital ya no lo veía tan feo, o tal vez eran efectos de las luces navideñas

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Hyeongjun y yo pasamos el resto de la tarde en bromas, aseguraba que el hospital ya no lo veía tan feo, o tal vez eran efectos de las luces navideñas. Al caer la noche tenía ese debate mental de si dormir con Hyeongjun o no, después de todo, ya no estaba enfermo, pero sí había frío.

Miré a Hyeongjun y abrí mi boca para querer decir algo, pero no, nada salió, al parecer mi orgullo era más fuerte que mis ganas de dormir con él.
Cada vez sentía más mis piernas y ya no sentía tanto dolor.

Mire un momento dado la ventana, las cortinas estaban recogidas, y yo al estar en el piso 11 obviamente tenía una hermosa vista hacia la ciudad, veía los copos de nieve caer, las luces coloridas prendiéndose y apagándose, como si algo estuvieran gritándome.

—Buenas noches, Mini. —Era ahora o nunca—

Tomé la manga de su pijama y la jalé. Hyeongjun me miró esperando algo, más otra vez, no salió nada. Maldito orgullo.

—Buenas noches para ti también, Junnie. —Fue lo único que pude decir—

Pude escuchar un suspiro de su parte, y en realidad no sabía quién estaba más decepcionado, si él o yo. Vi como se dió la vuelta y se dirigió a la puerta, pero cuando tomó el picaporte de la puerta, se detuvo, esperé algo más.

—Sólo tienes que decir, Hyeongjun, quiero dormir contigo. —Su voz sonó algo apagada, pero comprensiva— Sólo eso, y me quedaré contigo todas las veces que quieras.

Finalizó, mis ojos vacilaron alrededor de todo el cuarto. Observé cómo sólo se fue, con silencio, un silencio que de alguna forma, me hizo sentir mal.

Pero él no sabía, que si yo le pedía que durmiera conmigo esa noche, entonces era como pedirle que se quedara para siempre conmigo, y no podía evitar que mi cobardía y desconfianza gobernara en mí, sabiendo que tal vez, la ilusión, duele más que el rechazo.

Sólo tienes que decir, Hyeongjun, quédate conmigo.

Resiliencia (Minisong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora