【Extra】

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8 meses después.

Empecé a recoger todas esas hojas del suelo de mi apartamento, pues necesitaba ordenarlo un poco pues mi hermana ya estaba por llegar. Había decidido mudarme de casa de mis padres a un pequeño apartamento alejado de la ciudad.

Pude observar por la ventana como el otoño arrasaba con todos los árboles dejándolos sin una sola hoja verde, si no con naranjas degradadas con amarillo. Algo muy digno de admirar para cualquier persona, pero no para mí.

Escuché unos toques en la puerta, así que decidí dejar unas cajas en mi mesa para dirigirme a abrir la puerta a mí hermana, pues ella era la única que me visitaba después de la muerte de Hyeongjun.

—Pequeño. —Sonreí a penas, me constaba sonreír, y eso ella lo sabía—

—Rina-ah, pasa, tú tranquila. —Mi carácter había mejorado mucho, ya no era aquella persona tan cruel y sarcástica, ahora sólo hablaba bajo y dulce, para no hacer sentir mal a las personas— ¿Cómo estás?

—Ya terminé de hacer los trámites del divorcio. —Me notificó con aparente tranquilidad, tampoco quería hablar mucho del tema— ¿Y tú cómo te sientes, pequeño?

Me encogí de hombros, me dirigí a la mesa para tomar de nuevo las cajas y tratar de acomodarlas en algún lugar, eso sí, yo soy muy desordenado, de eso no había duda.

—Mini. —Me detuve de golpe al escuchar ese apodo, ella sabía que no me gustaba que me llamara así, yo ya se lo había hecho saber varias veces. Las cajas que tenía en mis manos, la primero se cayó y se abrió de repente, había olvidado sellarla, ahora estaban todas las cosas esparcidas por el suelo—

Me posicioné de cuclillas y empecé a recoger todo, mi hermana decidió hacer lo mismo, pero se detuvo al tomar en sus manos un pequeño llavero de oso, la tristeza me invadió de nuevo al recordar que eso era de Hyeongjun. Mi hermana se levantó del suelo mientras su mirada estaba fija en aquel llavero, y me hubiera gustado seguirla mirando, pero no quería llorar, ya lo había hecho por todo casi un año.

—Es un pendrive. —Alcé mi mirada de nuevo y noté como ella lo logró abrir, un poco a la fuerza, pero lo hizo— ¿Sabes lo que significa?

Le quité de las manos el pendrive a mí hermana y fui directo a la computadora para meterlo y empezar a buscar que había en ese aparato. Más lo único que encontré fue un video, de sólo diez minutos, miré a mi hermana inseguro. ¿Era buena idea verlo? Eso eran las cosas de Hyeongjun, y a pesar de todo, yo las respetaba.

—Hazlo. —Pidió mi hermana para luego con el mouse tocar dos veces el video y que éste se abriera automáticamente, lo primero que vi fue a Hyeongjun, mis ojos cristalizandose y esa punzada en tu corazón—

—Hola, soy Song Hyeongjun. —Soltó una risa— Éste video va dedicado a alguien a quien amo mucho, a alguien muy importante para mí. —Jugaba con sus dedos entre risas— No sé cómo empezar, diría que también no quiero gastar mucho tiempo, más, cuando recién entré en éste hospital, recuerdo lo molesto que me sentía, todo me molestaba, lloraba cada vez que me tocaba inyectarme mi tratamiento, pero es que dolía, y duele, después de resignarme de meses aquí, me dije a mí mismo que lo seguro es que iba a morir, lo había aceptado en aquel entonces, más un día, cuando apenas comenzaba la navidad, llegó un chico. —Subió su mirada entre risas y la volvió a bajar. Solté también una risa mientras quitaba mis lágrimas con mi mano temblorosa— Las enfermeras no lo soportoban, era gracioso, pues ese chico por alguna razón me trajo recuerdos a mí anterior yo, así que decidí darle una visita. Más cuando llegué a su cuarto, éste dormía, su respiración era tranquila, su rostro no demostraba aquélla expresión altanera de las que hablaban las enfermeras, se me hizo hasta imposible tratar de creerles. Recuerdo que un día lo vi con su hermana, o así me habían informado las enfermeras, porque sí, había sentido un cierto interés en él, y recuerdo que cuando me acerqué, lo primero que me dijo fue...

—No me interesa. —Dije al unísono con Hyeongjun, recordaba claramente aquella escena, mordí mi labio inferior, quería reír, más mis lágrimas no me dejaban—

Y cielos, si antes me gustaba, ahora más. —Soltó una carcajada, y yo tapé mi boca queriendo aguantar ese sollozo— Mini para mí, era lo más cercano a un ángel, pero Mini no era malo, tampoco era así de sarcástico, él lo único que le faltaba era cariño, pues como los típicos niños ricos, ellos no reciben amor pues sus padres piensan que todo lo material es suficiente, pero no, en el fondo, Mini era la persona más sensible y llorona que había visto en mi vida, y eso me gustaba, me gustaba él. Me enamoré muy rápido de Minhee. —Soltó una pequeña sonrisa triste— Olvidándome por completo que yo estaba en ese hospital por algo, los doctores ya habían hablado conmigo y habían avisado que no tenía mucho tiempo de vida, no en cuanto, decidí seguir hasta el fondo con la mentira, y no quise decirle a Minhee sobre mí enfermedad, tal vez por miedo a que se alejara. Más cometí un error, pues cada que lo miraba, mi remordimiento empezaba, así que quise aprovechar todo el tiempo que pude con Minhee, pero por alguna extraña razón, yo ya no quería morir, quería buscar alguna cura, traté de hablarlo con los doctores, y ellos intentaron hacer algo, más nada, sencillamente yo amaba al mundo, pero el mundo no me amaba, y decidió nuestro destino, separándonos, dándonos caminos apartes. Minhee me invitó a salir, no puedo salir pues mis pulmones van a colapsar por el frío, pero estoy dispuesto a arriesgarme, yo estoy dispuesto a morir por Minhee, se preguntarán porque, y la respuesta es fácil, porqué lo amo. Amo a Kang Minhee, y el día que muera, hasta el último respiro, el va estar en mi cabeza, y no quiero que se sienta culpable, más quiero que sepa, que espero y nos encontremos en otra vida, así me toque volver a sufrir, valdría la pena sí se trata de ti.

Cerré la laptop, no quería seguir escuchando, me sentía en mil pedazitos, miré a mi hermana, y de sus ojos brotaban lágrimas, tal vez se encontraba en shock, después de todo, no la culpaba.

Dejé que mis pies fueran mojados por aquella helada y salada agua del mar, la brisa acariciaba mi rostro, el sol ya estaba escondiéndose, solté una pequeña sonrisa, casi inexistente, las olas rompiéndose era música para mí

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Dejé que mis pies fueran mojados por aquella helada y salada agua del mar, la brisa acariciaba mi rostro, el sol ya estaba escondiéndose, solté una pequeña sonrisa, casi inexistente, las olas rompiéndose era música para mí.

Tomé asiento en la orilla de la playa, y me dediqué a contemplar el atardecer, cerré mis ojos un momento.

De mi bolsillo trasero saqué ese dibujo que tenía desde hace meses guardado en mis bolsillos, el primer dibujo que hice sobre Hyeongjun en aquel jardín, donde las flores le hacían contraste, y la música relajante de las enfermera me ayudaba.

Hasta en mis dibujos se veía igual de perfecto, solté un suspiro y pegué a mi pecho aquel dibujo. Aquella tarde había dado parte de mí dinero a los niños con enfermedades, como cáncer, neumonía y hasta de los que sufrían de fibrosis quística.

Dejé caer mi espalda a la arena y miré el cielo, donde éste ya estaban empezando a salir lindas estrellas, y sí, le prometía a Hyeongjun volvernos a ver, tal vez no ahora, no mañana, pero si algún día, y me aseguraría de abrazarlo y no soltarlo nunca más.

¿Por qué? Porque yo amaba a Song Hyeongjun, y tenía esperanza de seguirlo amando en otra vida, promesas que muchas personas no entenderían, no hasta que pasen por lo mismo.

Resiliencia: en psicología, capacidad que tiene una persona para superar una muerte, situación difícil, etc.












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Gracias.

Y sobretodo a la creadora original
Minnie_vvu
Quien me dio el permiso de adaptar su hermosos fic.

Conmigo será hasta aquí.
Abracito.

Resiliencia (Minisong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora