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—¿Le dirás? —preguntó tu hija; Jean la cual esta sentada en el medio de su cama mirándote—, por favor.
—Cariño tú le puedes decir a tú padre sin problemas, ¿Por qué quieres que le diga yo? —preguntas, sentándote en la punta de la cama.
—¿Qué tal si se enoja conmigo? —preguntó, jugando con la tela de su playera, haciendo que negarás con la cabeza.
—Tu padre puede ser muchas cosas, pero jamás puede enojarse contigo y ambas sabemos eso —respondiste—Además un día tendrías pareja el lo tiene que aceptar y tú le tendrás que decir —te levantaste de la cama, para empezar a caminar hacia la habitación que compartían con Ransom—, confía en él, verás que no es tan malo como piensas —ella asintió y saliste de la habitación, caminando por el pasillo hacia la habitación que estaba a lado.
Al entrar miraste como Ransom cargaba a su otra pequeña hija, pero tenía cabeza en su brazo y su cuerpo solo estaba sostenido por ese mismo brazo.
—Así no se carga un bebé amor —le dijiste, acercandote a él y tomando a la pequeña; lisa, pusiste su cabecita en tu hombro y con tus manos la sujetaba.
—Perdón —murmuro, dejándote un beso en la frente—, cariño vendrá mi familia a cenar ¿Te molesta? —preguntó, pasando su brazo por tú cintura y acercandote a él.
—Sabes que no Ransom, pero supongo que a ti si —alzaste una ceja, mirnado a tu esposo asentir con la cabeza sin pena; y no te sorprendía aquel gesto, siempre supiste como es la relación con su familia.
—Quieren ver a la pequeña lisa —su mano subió hasta el cachete gordito de su pequeña niña; que lleva una pijama de dinosaurios rosas.
—Jean estará feliz de ver a Meg y a Harlan —dijiste, mirando como tu esposo te daba la razón con un movimiento de cabeza—, yo creo que Jean tiene algo que decirte —murmuraste, haciendo que ladeara la cabeza.
—¿Sobre qué? —preguntó, con curiosidad en su voz y su mirada.
—No lo sé amor, mejor ve hablar con ella y yo duermo a lisa —le diste un corto beso en los labios y caminaste hacía la cuna de la pequeña la cual estaba en el lado izquierdo de al cama donde dormían.
Ransom empezó a caminar hacia la habitación de jean, tocó la puerta y está le abrió, provocando que sus nervios iniciarán.
—Tu madre dijo que quieras hablar conmigo —anuncio, con una sonrisa y pasando por completo a la habitación de su hija.
—Si, pero no es importante papá puede esperar —habló Jean, con una dulce sonrisa que mostraba sus dientes y sus nervios, Ransom conocía bien a su hija, era una copia de ti en su personalidad y una de él físicamente.
