Uno libre, el otro no

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Los tres llegaron a la casa después de todo lo que había pasado.

Mike: ¿Seguro que estás bien? Toses demasiado.

Raptor: He tragado mucha agua. Pero estoy bien. Maldito alcalde.

Ela: Chicos, me tengo que ir. Pero, ¿quién es ese chico de la bañera?

Raptor y Mike se miraron. Luego, negaron con la cabeza. Ela se fue decepcionada y los dos chicos corrieron al baño.

Raptor: ¡Sparta! ¿Sparta...?

Mike: ¿Qué pasa, Raptor? ¡Oh, no...!

Los dos estaban sorprendidos viendo una bañera completamente vacía. No había ni un poco de agua.

Raptor: ¿¡Dónde está?! ¡Hay que ayudarlo!

Mike: ¡Calma, Raptor! Tal vez, se le ha vaciado la bañera y ha tenido que salir corriendo para no deshidratarse. No te preocupes.

Raptor: ¿Qué no me preocupe? ¡¿Qué no me preocupe?! ¡Quiero preocuparme! Voy a buscarlo.

Mike: ¡No vas a salir de casa! El alcalde te busca.

Raptor hizo oídos sordos y salió fuera. Mike lo cogió por detrás para que se detuviese pero se deshizo de él. Nada más abrir la puerta, dos personas lo esperaban. Uno era el alcalde y llevaba cogido del chaleco a Trolli que intentaba huir.

Alcalde: Hola, chaval. Tengo una orden de alejamiento de este pueblo hacia vosotros por varias cosas. Quieren que os vayáis a vuestra ciudad y dejéis de interrumpir aquí, a ellos y a nuestra atracción de feria.

Trolli: ¡Ni caso! Vivimos con Ela.

Alcalde: Puedes verla si quieres....

Raptor: Lo siento, tengo prisa.

El alcalde se enfadó y tiró a Trolli al suelo para ir detrás de Raptor. Él fue directo a In-Victor que seguía nadando sin resultado pero al llegar, giró la cabeza para atrás y se dio contra el cristal que contenía al sireno. Se rompió un poco pero el impacto fue tan fuerte que Raptor comenzó a sangrar y se quedó mareado. In-Victor lo miró sorprendido.

In-Victor: ¡Da otro golpe! ¡Rápido!

Raptor: ¿Otro...? ¡Vale!

Sin pensarlo, pegó al cristal con el puño, el cual también empezó a sangrar pero fue suficiente para que un pequeño agujero se formase y de pronto...

....

...

¡ZAS! ¡PUM!

Todo el cristal se rompió e In-Victor saltó de él pero como humano. Para pasar desapercibido, le quito la venda del pie a Raptor y se la puso en la cabeza. Así, no lo reconocerían. El alcalde llegó un momento después y se sorprendió del lío.

Alcalde: ¡Mi atracción! ¿Dónde está?

In-Victor: ¡Oh, alcalde! ¡He visto cómo la atracción saltaba al mar y se iba!

Alcalde: ¡Gracias por la información, chico! ¡Voy a por ti!

El alcalde se fue de nuevo corriendo. In-Victor le había engañado completamente. Luego de eso, le puso una mano a Raptor para ayudarle a levantarse.

In-Victor: ¡Muchas gracias por salvarme!

Raptor: No hay de qué... ¡¿Y Sparta?!

In-Victor: ¡¿Qué?! Se fue contigo, ¿no? Ay, por culpa de este chico todos estos problemas no habrían pasado.

Leyenda bajo el agua (Spartor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora