Invictor y Mayo en busca de la Esmeralda perdida

Capítulo3 "Tras la pista del profesor"

A unos pocos kilómetros del pueblo de Invictor y Mayo, existia una gran bodega abandonada. En cuanto el profesor Malus Malunfus supo que la esmeralda sagrada se encontraba en el laboratorio Force Atomic Company, alquiló esa bodega y mandó colocarle letreros para mantener lejos de ahí a cualquier curioso; PELIGRO! EDIFICIO EN REMODELACIÓN. ACÉRQUESE BAJO SU PROPIO RIESGO. Su estrategia dio resultado, ya que ni siquiera los policías o los niños que jugaban cerca se acercaban a preguntar nada a los hombres vestidos de constructores que transportaban todos los aparatos e inventos del profesor, con el fin de instalar ahi su cuartel secreto.

Malus Malunfus se sentía orgulloso de su máquina más sofisticada, la ESME-3000, creada y perfeccionada con la finalidad de extraer la mayor cantidad de energía de las piedras preciosas que había robado a lo largo de años. Comenzó a robarlas cuando supo que estas no solo servían para adornar anillos y collares, sino que también podían expulsar su energía a través de un rayo con la ayuda de otro que se reflejaría ahí. El profesor Malus se había apropiado de piedras de gran valor: el diamante gota de miel, que había pertenecido al rey Abejudo XIV (14) y estaba en una bóveda de un banco en Suiza; el rubí del antíguo califa Ali Calib, robado Durante una incursión a oriente; el zafiro extraído de una corona muy antigua en Bombay... en fin, el profesor había estado experimentando con muchas piedras durante años, pero sabía que ninguna de ellas, ni siquiera todas juntas, tendría el poder de la esmeralda sagrada. Cien diamantes o rubíes eran cosa de niños porque su fuerza era mínima.

Mientras el profesor esperaba a Gordon, su ayudante, quien se había quedado en el laboratorio aguardando la oportunidad de pegar un micrófono en el escritorio de la oficina de la doctora Cefrina, y así poder escuchar para tener más información sobre la esmeralda que habían robado, recordó un debate de tiempo atrás con otro científico:
-Malus, ¿te das cuenta de que con tus avances tecnológicos podrías utilizar este poder para ayudar en la construcción de hospitales, escuelas, parques.... todo tipo de lugares útiles? -le había dicho uno de sus colegas años atrás.

-Sí, sí, pero eso no me interesa -contestó Malus, sin dejar de mirar una de sus máquinas mientras el rayo infrarrojo caía sobre un diamante-. Tengo otros planes.

-¿Cuáles son esos planes?

-Es un secreto. Solo puedo decirte que me recordarán durante mucho tiempo, ¡todos los científicos recordarán quién es Malus Malunfus!

Esa declaración había alarmado a su colega. Durante años, Malunfus se especializó en extraer energía de rocas hasta que hizo un hallazgo que nadie se imaginaba: algunas piedras muy especiales, como los diamantes o zafiros, contenían energía en su interior y esta podría extraerse por medio de rayos para disparar a objetos y aumentar su tamaño: ¡era uno de los descubrimientos más importantes de la ciencia! Y él había sido el responsable de dar con ello. Cuanto más pura y antigua era la piedra preciosa, mayor poder contenía en su centro.

A partir de entonces, el profesor comenzó a obsesionarse con la idea de apoderarse de piedras exóticas y perfeccionar su tecnología para que su fama llegara a oídos de cualquier científico en cualquier lugar del mundo. A varios de sus colegas se les hacía muy extraño el comportamiento de Malunfus: era huraño y tenía peor carácter que nunca, a veces se quedaba hasta muy tarde en el laboratorio de investigación y no estaba dispuesto a cooperar con el resto del equipo, pero cuando supieron que había robado un diamante en Suiza para llevar a cabo sus propias investigaciones, lo expulsaron del proyecto y lo echaron del laboratorio de inmediato.

-Lo que haces no está bien, Malunfus -le había dicho uno de los científicos el día que le pidieron que dejara el laboratorio-. ¡Nos pones en riesgo a todos con tu idea obsesiva! Además, ¡estás robando piedras preciosas!