Capítulo5 "Listos para el viaje"

99 8 6
                                    

        Mayo e Invictor aprovecharon el viaje por carretera para descansar un poco, sabían que llegando a la selva iban a necesitar toda la energía posible, así que echar una cabezadita por el camino no les venía mal. Habían viajado toda la noche y cuando se despertaron ya era de día, acababan de llegar al puerto donde los esperaban. Antes de irse, la doctora Cefrina les dijo que, según el cazatesoros que sacó la mitad de la esmeralda, la pirámide donde se hallaba la otra parte de la piedra tenía un encantamiento que la protegía de cualquiera que intentara sacarla; era una especie de santuario sagrado y lo más probable era que toda la Selva de los Ríos Secretos tuviera el mismo encantamiento.

        -Descuide, doctora -había contestado Invictor-, nos sentimos muy preparados para esta misión. Además, si raramente yo, Invictor el mamadísimo, soy incapaz de superar algún obstáculo, la pesadez de Mayulk podrá con ellos.

        -Solo os recomiendo una cosa, chicos: no dejéis que el encantamiento de la selva os confunda -dijo la científica, ignorando el comentario de Invictor-. Sed valientes incluso en vuestro viaje por el mar, ya que ese puede ser mucho más difícil de lo que imagináis.

        Con esa recomendación llegaron al puerto Roca Marina.

        Los dos esperaban que fuera un puerto lleno de barcos enormes, yates y algún lugar para los bañistas, pero Roca Marina no era nada de eso: tenía unas pocas lanchas, un par de pequeños barcos de madera algo viejos y dos muelles con pescadores.  

      -Yo me quedo aquí, chicos

      -se despidió el guardia que los había llevado en la camioneta-. Os deseo muchísima suerte.
      -¿Pero con quién nos iremos? ¿En qué barco? -pregunto Mayo- Estos barcos no se ven muy resistentes que digamos.

      -¡De eso nada! -exclamó un señor que se acercaba a ellos. Vestia un traje de capitán algo viejo, pero relucían sus botones dorados que parecian ser de oro puro-. Mi nombre es Jake, capitán Jake, leyenda de este mar y de otros tantos, y esa preciosidad que veis ahí es mi nave.

        El capitán Jake señaló un pequeño barco de madera, no cabrían más de cinco personas. Invictor y Mayo pusieron cara de desconcierto pero él se adelantó a explicar:
        -La doctora Cefrina me ha encomendado esta misión: os conduciré hasta la bahía de la Selva de los Ríos Secretos. Debéis saber que muy pocos marineros tienen mi experiencia y valentía, porque nos dirigimos a un lugar que pocos exploradores se aventuran a visitar. Por eso habéis tenido que venir hasta aquí. Conmigo estáis en las mejores manos. Digo, en las mejores aguas.

        Invictor y Mayo intercambiaron miradas un poco dudosas pero no había mucho que hacer. Subieron al barco y el capitán levó el ancla y se colocó detrás del timón. Solo irían ellos tres, así que mientras amanecía, el capitán ya estaba haciendo sonar la ruidosa bocina y zarparon.

        -Parece que tus deseos se hicieron realidad, Victor -dijo Mayo.
        -¿A qué te refieres?
        -Todo este tiempo poniéndote mamadísimo, no hay mejor oportunidad para demostrar tus habilidades que en medio del mar con un barco hecho trizas a merced de los poderes de la esmeralda sagrada. Es más, yo me acomodaré aquí y dejaré que la música que hacen las olas del mar me arrulle un ratito más.

        -Ejem... yo prefiero no tener que demostrar mis habilidades... por ahora, digo, no ha llegado el día de mostrar mi valentía. ¿no? -respondió Invictor algo pensativo-. Así que es mejor que estés atento porque todos nos han dicho que ir a la pirámide y sacar la esmeralda es muy arriesgado. Debemos tomar las máximas precauciones o este podría ser un viaje del que nunca volvamos.

        -Lo sé -dijo Mayo-, pero por ahora disfrutemos el camino.

        -Es un viaje largo, queridos tripulantes, pero ir por mar es lo más sensato; es parecido a un crucero por el mar Mediterráneo, dulce y tranquilo. Si hubieseis intentado llegar a la selva por tierra, podríais haberos confundido en el camino y quedar atrapados para siempre. Es parte del encantamiento de la pirámide para proteger la esmeralda.

Invictor y Mayo en busca de la Esmeralda perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora