LIBRÓ UNO:
Wei Ying es una mujer de veintitantos años que decidió mudarse de una pequeña cuidad a una gran cuidad.
habiéndo soportado el dolor y la perdida, está más que lista para empezar una nueva vida. Pero, ¿qué pasará cuándo un hombre guapo y m...
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Wei Ying:
Me desperté en el nuevo dormitorio que me dio Na Ying; fue hermoso.
Hizo que mi intento de decorar el interior de mi apartamento pareciera un juego de niños.
Tenía una cama tamaño queen, con hermosos muebles de roble y el resto de la decoración y las cortinas eran rojas y blancas… llamativas y sofisticadas; algo que yo no era.
Al igual que su dormitorio, tenía un baño enorme y dos puertas de madera que daban a un armario tan grande como el suyo; si no más grande, lleno de ropa que nunca podría permitirme en mi vida. Suspiré.
Intente evitarlo, pero mi conversación con Wangji anoche volvió a mí , yo tampoco tengo el hábito de desflorar mujeres;siempre tienen expectativas , resoplé. Por supuesto que no lo hizo.
Estaba acostumbrado a las mujeres mundanas que no eran débiles y necesitadas como yo.
Que él me hiciera el amor fue solo un error, una cuestión de momento, pensé con amargura.
No soy el indicado para nadie , con quien no podría discutir. No había nadie en este planeta que pudiera afirmar que lo merecía, nadie podía alcanzar su nivel de perfección.
Debería haberme reído con él y fingir no estar desconcertada, pero en cambio demostré cuán realmente dolida estaba siendo fría y sarcástica.
¡Estúpida estúpida estúpida! Me maldije, golpeándome la cabeza contra las almohadas.
¿Cómo pude ser tan estúpida?
Honestamente por Dios, ¿qué esperaba? Sabía exactamente lo que estaba haciendo; y no importaba.
Por supuesto, no sentía que me debiera algo solo porque era virgen. Aunque siempre pensé que me estaba reservando para mi futuro esposo.
Pero en ese momento nada de eso importaba, el mundo simplemente se detuvo para mí. Lo peor de todo es que ni siquiera podía culparlo, ¿por qué?
No es su culpa que no le importe; no es su culpa que yo sea débil.
Él podría caminar en este mismo instante y le haría el amor de nuevo. Aunque sabía que para él no significaba lo que significaba para mí, no tendría la fuerza de voluntad para detenerlo una vez más porque todavía lo deseaba tanto.
Qué lástima , y ahora me contaría entre sus muchas conquistas. Una etiqueta que he tratado de evitar toda mi vida.
La parte más triste fue que a pesar de todo esto todavía no podía encontrar en mi corazón arrepentirme. Fue tan especial; a mí en arrendamiento.
