Capitulo 24

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Me quedé callada. No sabía qué responder a eso, y tampoco es que ser adoptado es malo, pero no quise indagar en el tema porque como él dijo, no es de mi incumbencia y no sé como se sentirá respecto a eso.

—No había notado que afeitaste tu bigote— le dije cambiando el tema— te ves más decente.

Él ladeó una sonrisa, yo se la devolví tratando de reprimirla, pero fue imposible.

Se dirigió a la cocina.

—¿Te sientes mejor?— preguntó, observé como sacaba dos vasos de su despensa.

—Si...— asentí con la cabeza, aunque la verdad era que tenía un remolino en la cabeza, pero quería evadir mis pensamientos y esperar hasta mañana para que todo salga bien el el trabajo.

—¿Quieres algo para tomar? Mis padres trajeron jugo de frambuesa y de papaya, no tengo para micheladas esta vez— me dijo, haciendo un esfuerzo por no sonreír.

—De frambuesa, por favor— le pedí.

—No sabía que tu ex novio o amigo era policía— comentó, yo carraspeé mi garganta, removiéndome en mi puesto incómoda por su comentario.

—No quiero hablar de él— le dije con seriedad, mirando hacia el suelo.

—¿Cómo?— me preguntó incrédulo, abriendo la botella de jugo y echándole a mi vaso— ¿Tu me preguntas siempre por Gina y yo no puedo preguntarte acerca de tu ex hombre?

—Exacto— le respondí sincera— la última vez que lo vi me trató de loca y prácticamente dijo que le coqueteaba a todo el mundo— me encogí de brazos.

—Hey, pero que miedo ser tu novio— soltó una risa fanfarrona— siento que muestras una faceta normal al principio pero luego te descontrolas totalmente— se acercó a mi para entregarme el vaso, lo recibí fastidiada.

—No, no es así— demandé, tomando un sorbo de mi jugo.

—¿Cómo no? Imagina que tu novia le ande pidiendo el número a cualquier hombre que encuentre atractivo, eso debe ser horrible— dijo refiriéndose a nuestro primer encuentro oficial. Corrió hacia atrás una de las sillas del comedor y se sentó en ella.

—eso fue...— hice una pausa, tratando de encontrar una buena excusa— eso fue por que él ya lo había hecho antes...— mentí, hablar de esto me hacía poner nerviosa porque cuando miento tiendo a cambiar algunas cosas porque no las recuerdo, entonces tenía miedo de decirle algo que en otra oportunidad le dije una cosa completamente diferente y él lo recuerde.

—¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?— inquirió curioso.

Bufé.

—Si vamos a hablar de mi relación, también tienes que hablar de la tuya— exigí, alzando una ceja— Ah, el otro día dejé el cheque de Mark aquí, lo quiero entregar a la policía, Zack me dijo que ya lo estaban buscando.

Harry comenzó a atragantarse con el jugo, llevándose la mano como puño a su boca y reprimiendo los tosidos.

—¿Lo están buscando?— dijo casi en un ahogo, debido a la tos.

Asentí con la cabeza rápidamente, él se tranquilizó y sacudió su cabeza, cerrando los ojos.

—Que bueno— dijo con cierta inseguridad, yo lo miré extrañada— Si, el cheque está en el cajón de mi cuarto, en el armario está tu ropa lavada también, para que te la lleves— me indicó.

Nos quedamos en silencio unos minutos, yo estaba mirando fijamente el vaso entre mis manos, ensimismada en mis pensamientos. Como siempre, lo único que se escuchaban eran nuestras respiraciones, observé el reloj de pared, eran aproximadamente las nueve de la noche, tenía que llegar a casa temprano para no preocupar a mis compañeros.

Harry  |h.s| |1 Libro|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora