Capitulo 38

85 10 3
                                    

A pasado un día, o eso creía yo.

Estaba cansada física y psicológicamente, no tenía fuerzas ni siquiera para llorar. No había comido ni bebido y eso ya estaba haciendo efecto en mi cuerpo, anhelaba por un vaso de agua siquiera, tenía la boca seca y mis párpados solo querían cubrir mis ojos pero no me permitía hacerlo, no quería bajar la guardia y que alguien más apareciese por esa puerta para atacarme.

Me lo esperaba y eso era lo que más me dolía, que pude haberlo parado y no quise por que estaba creciendo un sentimiento dentro de mi. Me lo habían advertido, Edward, Ethan, él y hasta podría pensar en que Mark también lo me lo dijo.

"Cuando empieces a pensar con la cabeza y no con el corazón te darás cuenta de muchas cosas".

Estaba más que claro. Se conocían entre ellos, Harry fue la persona que me advirtió de él y recuerdo que él mismo se había molestado cuando pensó que yo le dije su nombre a Mark. Ellos estaban relacionados de alguna manera, no sé por qué no lo vi antes, me sentía tan tonta en estos momentos que me merecía todo lo que me estaba pasando.

Sin embargo, que yo esté aquí es más entendible, si Harry es un trabajador más de Mark, era lógico que usó la posibilidad de acercarse de nuevo a mí para vengarlo, ahora me cuadraba el cambio tan repentino que tuvo al buscarme cuando dejé de perseguirlo.

En cambio Gina no tenía nada que ver en este lío.

Dios, me dolía la cabeza de tanto esfuerzo que estaba poniendo en saber qué estaba pasando.

A no ser qué...

"Supe lo que pasó con Fergie. Espero de todo corazón que no estés involucrado en nada malo esta vez".

No, no puede ser eso.

Sacudí la cabeza y apreté los ojos tratando de borrar esa posibilidad.

"¡Yo no las maté! ¡No quiero el dinero de ellos! ¡Hicieron lo mismo con Abraham!".

Era imposible.

Me sobresalté cuando oí el movimiento de unas llaves tras la puerta. Hice un esfuerzo para sentarme en el suelo y lo logré a duras penas. Moví mis pies para impulsarme y llegar hasta la pared que tenía atrás y apoyar mi espalda en ella, mi corazón empezó a latir con más fuerza dentro de mi pecho, empecé a temblar de terror.

La puerta se abrió finalmente mostrando a una persona completamente desconocida sosteniendo una bandeja que contenía encima un vaso de agua y un platillo rojo. Observé con detenimiento sus facciones, tenía los ojos muy azules que hasta podrían ser falsos por el intenso color, la cara estaba rociada con ciertas pecas no muy notorias y su nariz era un poco ancha.

Se acercó a mi con paso decisivo mientras que yo trataba de apegarme más a la pared a pesar de no se podía. Dejó la bandeja en el suelo y se puso de cuclillas frente a mí, mirándome con cierta diversión.

—Estás destruida.— fue lo primero que dijo soltando una risa burlesca. Reconocí su voz de inmediato, era el primer hombre que había venido a vernos cuando Gina estaba aquí— Nunca hacemos esto pero te trajimos algo para alimentarte, aunque no deberías, no te haría mal bajar algunos kilos.— se mofó. En otro tipo de contexto me hubiese creado una gran inseguridad, pero ahora no me afectaba en lo absoluto.

—No quiero nada de ustedes.— la voz me salió como un susurro, afectó el hecho que no había hablado hace largas horas, por lo que salía más ronca de lo normal.

Él levantó el vaso de agua y lo llevó hacia mi boca. Corrí la cara de inmediato evitando que el cristal chocara con mis labios pero el hombre no tardó en agarrar mi mentón hundiendo sus dedos en la piel de mi mandíbula con fuerza y logrando que me volviese a girar.

Harry  |h.s| |1 Libro|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora