Love again /KnowMin

Pelea

La vida universitaria siempre era un tema en las conversaciones de Lino y sus padres. Después de la graduación y la mudanza, casi no tenía tiempo para verlos y las arrugas en los lindos ojos de su mamá le hacían sufrir en silencio.

— ¿Cómo está Seungmin? —preguntó su papá mientras acariciaba las lindas orejitas de Sooni-e.

—Estresado —se encogió de hombros —. Hace como una semana que no nos vemos.

— ¿Pelearon? —preguntó su mamá entrando con Doongi-e en brazos.

—No... —lo había pensado muchas veces, pero pensaba que no. Usualmente Seungmin le gritaba lo fastidioso que era—. No creo.

— ¿No crees? Yo creo que sí, cuando tú piensas que no, la verdad es que sí.

—Gracias mamá, eres un sol.

—Me agrada Seungmin, así que estoy de su lado hasta el fin.

—Sigo diciendo, gracias mamá. Como sea, no sé. Yo no he hecho absolutamente nada malo.

Sus padres se miraron entre sí negando al mismo tiempo. Lino era un caso único, ni ellos sabían cómo había conseguido que el dulce chico se enamorara de su único hijo.

—Estoy segura que hiciste algo, pero bueno. Me lo saludas cuando vuelvan a hablar.

—No me habla, mamá. No creo que pueda decirle.

— ¡Lee Minho ponte los pantalones y arregla esto! Es la cuarta vez en lo que va del año y sinceramente estoy esperando que él termine contigo.

Lino mordió sus labios y miró el suelo, tenía razón, como siempre.

Salió de la casa de sus padres y llamó a Jeongin, suponiendo que Seungmin estaría con él en este momento.

— ¿Qué? —preguntó el menor desde el otro lado.

—Respétame.

—No lo mereces, hiciste llorar a Seungmin, otra vez.

— ¿Qué se supone que hice?

—Pregúntale, háblenlo y ya déjenme en paz, es su relación, no la mía.

Lino suspiró, era un idiota.

— ¿Me dirías dónde está ahora? Quiero hablarle, pero no responde mis llamada o mensajes.

—Se fue a casa de sus padres por unos días, cuando vuelva, te avisaré y te dejaré usar mi casa como motel, pero no ensucies mi querido sofá.

—Hecho.

A la semana siguiente, Jeongin lo llamó muy temprano por la mañana, avisándole que Seungmin había regresado y que él se iría a la casa de sus padres por el fin de semana. "Las llaves de repuesto están donde siempre, no hagas llorar a Minnie y no ensucies mi sofá", le había dado instrucciones el menor.

Lino subió las escaleras hasta el tercer piso y buscó las llaves detrás de los maceteros que tenían junto a la puerta. Introdujo el objeto y entró como si fuese su hogar, mirando todas las cosas que los menores tenían.

— ¿Innie? —habló Seungmin caminando hacia la entrada—. ¿Qué haces aquí, Minho hyung?

—Vine a charlar y arreglar los malentendidos.

— ¿Malentendidos? Te fuiste de fiesta con Han el día de nuestra cita, no es tan difícil de entender.

— ¿Eso hice? No lo recuerdo.

—Por favor lárgate, estoy cansado.

—Mongmong hablo enserio, no recuerdo haberlo hecho.

Ese apodo se lo había ganado cuando en una de esas noches de juntas, Seungmin se había emborrachado hasta el cabello y había actuado como un lindo cachorrito para su novio, el mismísimo diablo.