3. Arena para gatos.

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Julie Franklin.

Cuando entro en Full Pet's, una lenta canción que reconozco como Us de Movement está sonando a un moderado, casi bajo, volumen desde algún altavoz que debe haber en la tienda. El sitio es mucho más grande de lo que había imaginado, siete largos pasillos se extienden frente a mí, con altas estanterías de color gris claro repletas de productos. Un agradable olor a ambientador de limón entra por mis orificios nasales cuando inhalo mi primera respiración, la cual se había detenido durante mi corta conversación con el chico de ojos tricolores.

¿Por qué demonios no tuve valor de preguntarle su nombre? Él lo hizo sin ningún tipo de pudor. Me giro hacia la puerta con la esperanza de volver a ver esos iris de color claro, pero el chico ya no está ahí. Con una mueca decido terminar mi misión y volver lo antes posible al apartamento.

Echando otro vistazo a la tienda, encuentro un pequeño mostrador a la izquierda y detrás de él, se encuentra Will concentrado anotando algo en un papel. Arrojando mis nervios y mis ganas de salir corriendo muy lejos, me acerco con pasos decididos. Will no nota mi presencia al plantarme frente a él, parece muy metido en sus labores así que me aclaro falsamente la garganta llamando su atención.

—Hey.— Me sonríe abiertamente y hace a un lado su libreta. —Juliette, ¿verdad?

—Es Julie.— Le corrijo notando el maldito sonrojo en mis mejillas.

—Julie, perdona. Tu amiga me habló algo de ti en la fiesta, ¿ha venido contigo?— Mira por unos segundos detrás de mí alzando su cabeza, pero vuelve su atención a mi con una mueca en sus labios al no ver a Nadinne.

—No, no está conmigo.

—Vaya, una lástima. ¿Necesitas ayuda con algo?— Cuestiona con una amable sonrisa. Sus ojos vuelven a mirar por encima mía y su enorme mueca se ensancha más todavía, si es eso posible.

—Sí. B-Bueno yo...

—¡Allen! Olvidé mi chaqueta, hace un frío que pela.— Un escalofrío me recorre y mis ojos se abren sorprendidos al escuchar de nuevo esa voz ronca, esta vez incluso más cerca, detrás de mí.

—Sí, aquí la tengo.— Will mete su largo brazo bajo el mostrador y saca una chaqueta de cuero pesado que reconozco enseguida.

Me giro en un repentino arrebato de seguridad, necesitada de ver de nuevo esa cara que me vuelve loca. Dios mío. Por desgracia, o por suerte, el chico se encuentra tan pegado a mí que mi cabeza choca contra una superficie dura y abultada. Su increíble y musculoso pecho.

—¡Ay!— Me quejo sobando mi nariz fruncida. Además de ser guapísimo, huele tan bien que por unos segundos tengo miedo a caerme de culo al suelo.

—Hola otra vez, pecosa.— Sí, desde luego me caeré al suelo en cualquier momento. Me sujeto con fuerza al mostrador tras de mí inclinándome hacia atrás, intentando alejarme al menos unos centímetros antes de desmayarme.

—Tío, ¿te acuerdas de Nadinne? La morena del otro día, ella es Julie. Su amiga.— Will se dirige al chico que se ha llevado una vez más mi respiración. Un momento, ¿Nadinne lo conoció en la fiesta? ¿Él y Will son amigos? ¿Como de amigos? ¡Demonios! —Julie, él es Damon.

Damon. Así se llama. Podría haber tenido un nombre como Bob o Freddy. Para al menos así tener algo feo, pero todo en el parece ser malditamente sexy.

—Sí, ya nos hemos conocido, ¿no es así, J-Ju?— Con una sonrisa burlona vuelve a mofarse de mí. Yo gruño molesta y me vuelvo a girar hacia Will con una falsa sonrisa.

—Arena para gatos.— Digo, o más bien exijo. Compraré la maldita arena, haré el maldito paripé siendo excesivamente agradable con el maldito Will y me iré lo antes posible de esta maldita tienda.

Ju, de Julie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora