La hija de los Horner (Shirou x reader)

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Después de un rato llegó la policía para arrestar a esas mujeres criminales y rescatar a aquellos niños. La koala decidió acercarse a la bisabuela de su mejor amiga para hacerle preguntas.

-Qué quieres?- preguntó de mala gana la anciana

-Primero, en donde está Aiko?- dijo molesta la beastmen koala

-No lo se, la eché cuando Elsa te llevó con los niños- respondió la anciana

-Y porque te tenía que darte tanta cantidad de dinero?- cuestionó con más calma la koala. Lamentablemente para ella la anciana no le pudo contestar ya que la tanuki la interrumpió de su pequeña charla. La koala decidió alejarse de aquella discusión para ir hacia donde se encontraba la policía.

-Tachiki, como están las crías?- cuestionó la peli___ preocupada por el paradero de aquellas criaturas indefensas.

-Estarán bien, están bajo nuestra protección, no te preocupes- contestó el beastmen Gran danes aliviando a la koala.

-Que alivio, muchas gracias- contesto la peli___ calmada mientras le daba una sonrisa.

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Un nuevo día llegó a Anima city donde se encontraba una tanuki siendo despertada por culpa del beastmen gallina.

-Buenos días señor Gem. Es un lindo día- dijo la tanuki recién levantada-

-Hola, dime, que tal tu habitación? aunque se está mejor aquí en el techo- le preguntó el pelirrojo en su forma beastmen.

-Muy bien, gracias por preguntar- le contestó Michiru con una sonrisa -Señor Gem, que es ese edificio de allí?- cuestionó esta

-Ah ese es un centro médico, el centro médico Sylvasta. Es una organización operada por la farmacéutica Sylvasta. tienen un laboratorio y un hospital- le contestó el gallo

-Se llama Sylvasta? ¡Por supuesto! tal vez ellos puedan ser capaces de curarme- murmuró la tanuki antes de que se abriera la puerta de su habitación dejando ver al hombre albino. Antes de que ella pudiera decir algo, el lobo la agarró de su remera y la arrastró por todos lados hasta llegar a su oficina y enterrarla en un cuarto pequeño.

-¡Oye, qué estás haciendo!? tonto, dejame salir!- empezó a gritar la tanuki al ver que la habían encerrado

-Guarda silencio- ordenó el albino mientras limpiaba el polvo de las manos

-¡Déjame salir! ah?-dijo la tanuki antes de ver que a sus pies se encontraba su identificación de estudiante

-Ahora si creo que eras una humana- dijo el lobo mientras se sentaba en el sofá carmesí

-Entonces porqué- intentó preguntar la tanuki pero fue interrumpida por el albino

-El hecho que existas es peligroso- le contestó

-Que? por qué soy peligrosa!?- cuestionó la perro mapache molesta

-Si los humanos se enteran de que pueden convertirse en beastmens, entrarán en pánico. No salgas hasta que sepamos más, te traeré comida- dijo el albino mientras se levantaba del sofá para empezar a caminar

-Oye, de qué hablas? ¡Es una locura!- se volvió a quejar la tanuki

-Confía en mí. Protegeré la paz de los beastmens- declaró el albino