Desperté en una habitación con paredes blancas y ese espantoso olor a medicinas que me inundaba la nariz cuando abría la caja de primeros auxilios que había en casa. Tenia la muñeca vendada y me encontraba sola, no me extrañaba que a mi madre no se le haya apetecido acompañarme.
-¿¡EN QUE DEMONIOS ESTABAS PENSANDO?! ¿¡PORQUE LO HICISTE?! ¿¡ES QUE EN SERIO NO TIENES CEREBRO?!- Entro gritando mi querida "Mama".
-Hola, yo me encuentro bien, también te quiero.- Dije ironizando.
-¡NO ME IMPORTA COMO TE ENCUENTRES DESPUÉS DE ESTO, TU LO HICISTE, NO ES MI CULPA!-
-¿Y nunca se te ocurrió que lo había hecho por alguna razón?-Dije con toda la calma del mundo, no tengo idea de porque estaba así, simplemente no me encontraba con mas ánimos de sufrir.
Ella solo suspiro.
-Ya no puedo contigo, no se que te sucede, no se de tu vida, nada...-
-Tal vez porque nunca haz tenido la cortesía de preguntarme que me pasa-
-Quisieras contarme-
Estaba ida por los medicamentos, pero no tanto como para contarle todo lo que me hacían en la escuela.
-Erick me violo- Dije sin vacilar.
Al instante sentí como una mano aterrizaba mi mejilla, y un dolor la invadía.
¿Mi madre acababa de golpearme? Intentaba parar las endemoniadas lagrimas que salían de mis ojos.¿Porque lo había hecho?
-Si no querías que me case con Erick podrías haberlo hecho, ¡PERO NO VOY A PERMITIR QUE MIENTAS ASÍ SOBRE EL PARA LLAMAR LA ATENCIÓN!
Dios ya no lo soportaba, las lagrimas salían y yo ya no intentaba detenerlas, mi frecuencia cardíaca aumento, alertando a las enfermeras, quienes vinieron a mi habitación, sacando de allí a mi madre, para luego sedarme.
Ya no podía vivir así, los pensamientos suicidas volvieron a mi mente, casi tan rápido como los recuerdos de esos dolorosos insultos y golpes, me habían quitado todo, mi vida, mi felicidad, mi virginidad, todo, ya no me quedaba nada.
Le agradecía a Dios que me hayan sedado para parar el dolor. No podía volver a casa y solo me quedaba un lugar al cual ir, el lago. Ya me arreglaría para conseguir dinero, o convencería a mi madre que la dejaría en paz y me iría si solo me pagaba la comida, la escuela no era necesario ya que era becada.
Horas después, cuando me dieron el alta, me dirigi a mi
para recoger mis cosas e irme.Aun tenia la llave por lo que me fue fácil entrar.
-¿Que haces aquí?-Murmuro una voz detrás de mi, di media vuelta y gracias al Cielo no estaba con mi padrastro.
-Vengo a recoger mis cosas, me iré de casa. Te dejare en paz con tu vida, solo deberás pagarme los libros escolares que no incluye la beca y la comida.- Algo que me sorprendió es que no vacilo para darme una respuesta; se notaba que ya no quería ni verme en estampillas.
-Esta bien, me encargare de pasar a dejarte comida y algo de dinero todos los días en la cabaña de el lago, también de que tengas todos tus libros-
-Iré a recoger mis cosas-
-Yo saldré a hacer tus compras de esta semana-
Subí las escaleras y y en una maleta metí todo,no tenia demasiadas cosa. Metí toda mi ropa, fotos, mi cámara, mis zapatillas de ballet, hasta que recordé algo.
Subí desesperadamente al ático por las escaleras de caracol, para encontrarme con el desgastado y enorme piano de cola de mi padre, simplemente iba a extrañarlo a mares. Sin darme cuenta una lagrima recorrió mi mejilla, para no hacer las cosas mas difíciles me fui.
Baje despacio las escaleras, inhalando y exhalando, ¿No era eso de lo que se trataba la vida? No encontraba otra razón más. Mire por ultima vez ese lugar, el cual quería dejar atrás, olvidarme de todos esos horrorosos recuerdos, peleas, gritos, golpes, todo. Pero había caído demasiado rápido, y demasiado fuerte, y estaba demasiado adolorida como para levantarme de nuevo.
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Detras De Sus Ojos
Teen FictionDe esos maravillosos ojos se desprendía una que otra lágrima más de vez en cuando que lo todos pensaba; Detrás de esa deslumbradora sonrisa se escondía una historia que era capaz de hacerte el alma pedazos con tal solo escucharla. Sentir las pesada...