Detras De Sus Ojos

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Al despertarme por la mañana en las cicatrices de mi brazo eran lineas rojas, por la sangre, estaba segura de que si las lavaba quedarían solo lineas marcadas en la piel. Pero no tenia tiempo, tenia que ir a la cárcel...digo, escuela.

Me tome una ducha rápida para quitarme el olor a humo de el cabello, salí y me vestí Y encima de las cuatro ruedas de mi tabla de dirigi a el lugar donde las lagrimas mas quieren salir, esto es en serio demasiado.

Dios, ¿Podía ser mas típico este lunes? Los típicos dedos huesudos de las plásticas señalándome, junto con sus ojos que me miraban de arriba a abajo y de sus bocas llenas de labial salia lo único que sabían hacer: Criticas.

Duele, que se repita la misma historia una y otra vez, que te hagan sentir como basura. Seguí hasta mi casillero para revisar el horario "Mierda, química" ¿Soy yo o no había entablado conversación con nadie mas en varios meses ademas de mi mente? Me dirigi al salón y al llegar me encontré a una de las personas a las que menos pensaba encontraría en esta escuela... Isadora Scott. Mi mejor amiga desde jardín de niños hasta sexto grado, cuando me mude a esta pocilga. Al verme sus ojos brillaron al igual que los míos, al fin una esperanza.

-¡Angie!- Grito levantándose de su banco y corriendo hacia mi.

-¡Isadora!¡Dios Santo, cuando me alegra que estés aquí!-Dije correspondiendo su abrazo.

Isadora seguía siendo la misma chica de antes, sencilla, dulce tímida, la presa perfecta para cualquier plástica, pero no pienso dejar que la lastimen, no voy a dejar que pase lo mismo que yo.

El resto de el mes paso lo de siempre, burlas, golpes, tristeza, lagrimas, cigarrillos, cortes, pero por alguna extraña razón, alguien siempre estaba en un pequeño rincón, como esperando para saltar, aparecer en la historia y tragarse al mundo, esperando poder salir y hacerme feliz, raramente, ese alguien era Drew.