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No tarde demasiado en darme cuenta de que Isadora seguía siendo de confianza. Sabe hasta mi mas mínimo secreto. Por todo este mes había tratado de protegerla de esas rubias teñidas. Sentía algo dentro mio ¿Nervios? ¿De qué? Recordé que muy probablemente Drew volvería mañana, si mi teoría era cierta.

No pienso ir a hablarle, pienso evitarlo a toda costa, no dejaría que me viera así, ¿Que pensaría? Hace tres meses me vio tímida, no se dije mas de dos frases, y lo evadía, ahora me vera con cortes en las muñecas, ojeras, fumando ¿Porque narices me importa como me vea? Nunca había sentido nada por ningún chico, no pensaba hacerlo, pero el era diferente, era simplemente hermoso, ojos color miel, en los que te perderías con solo mirarlos. Amaba esos ojos, podría estar mirándolo por horas sin aburrirme. Cuando me gusta alguien lo admito, no soy orgullosa como para negarme lo a mi misma, ademas, ¿Quien lo sabría? Nadie mas que yo,no pienso decírselo a Isa hasta que este segura de que demonios me pasa.

Volví a ese tranquilo y pacifico lugar para hacer lo que mas deseaba en ese momento, posar mis dedos sobre esas teclas y dejar que todo lo que tengo adentro de mi cabeza salga. Sinceramente, había mejores maneras de descargarme que las que yo tenia, pero las buenas no eran tan efectivas como las malas.

Me senté en el banco, recordando el momento en el que Drew se encontraba atrás mio, escuchándome tocar. River Flows In You, amaba esa canción, era simplemente una mezcla de euforia y tristeza, no sabría explicarlo bien. La melodía entraba en mi cabeza y era imposible sacarla. Al terminar de tocarla me fui de ahí. Extrañaba demasiado bailar, y quedarme ahí era una tentación, bailaría, si tuviera a alguien que tocase el piano mientras yo lo hago, pero no tengo a nadie, Isadora no sabe tocas el piano, ella toca la guitarra y creo que es bastante difícil bailar ballet con solo unos acordes de las cuerdas.

Nunca almorzaba en la cafetería, Isadora se había conseguido otras amigas para hacerlo, por mi estaba bien, ya que en ese tiempo libre iba al ático y tocaba.

Al toque de timbre solo nos quedaba una hora mas de clases, literatura, amaba escribir, podía desahogarme y nadie sabría que hablaba de mi. Camine por los largos corredores con la cabeza baja, intentado que nadie me note, pero no era mi día de suerte.

Mas insultos llegaban a mis odios, intentando ser tapados por alguna melodía que mi cerebro reproducía automáticamente para intentar distraerme. De un momento a otro, simplemente oí como una puerta se cerraba y esas odiosas voces se callaban, por fin había llegado al salón de literatura. El trabajo de hoy era sencillo, escribir una historia de al menos 20 paginas, para dentro de dos días, se me daban bien esos trabajos, por suerte. La clase se paso rápida, demasiado para mi gusto, me gustaba literatura. 

Espere unos minutos hasta que supe que ya no había nadie en la escuela, o al menos no las plásticas, camine hacia mi casillero, gran sorpresa me lleve al verlo cubierto de Post Its.

Detras De Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora