Capitulo 2 "El Accidente"

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Stephan

Era viernes por la noche y no tenía ningún otro plan más que sentarme frente a la televisión y ver alguna película o acostarme a dormir a las 8:00 y salir a conducir desde muy temprano.

Decidí que iría a mi casa de campo, eran las 3 de la tarde y aún podía llegar, preferí quedarme todo el fin de semana en ese sitio y no estar tan estresado en la ciudad.

Avisé a la ama de llaves de la casa de campo que iría para allá, tomé las llaves del coche y me dirigí hacia allá.

Había comprado éstas tierras hace unos par de años y tenía dos motivos para hacerlo, una, porque el campo es mi lugar preferido y dos, por un pequeño lugar que había en estas tierras.

El sitio tenía una pequeño riachuelo que atravesaba dos haciendas más y frente a él, había una especie de gruta y al lado de ella se alzaban dos árboles frondosos los cuáles brindaban sombra al pequeño espacio.

Mis partes favoritas del día era cuando llegaban el alba y el ocaso y es que éste sitio era perfecto para divisar ambos espectáculos ya que la vista que ofrecía era realmente asombrosa.

Esta gruta, la cuál acondicioné muy bien agregándole un par de sillas y una mesa con unas licoreras, era mi espacio privado, casi nadie sabía de éste lugar, ya que estaba cubierto por árboles y para llegar a él tenías que bajar por un pequeño barranco.

Tomé el caballo y fui a galope hasta allá, dejé atado al equino y bajé para llegar a la gruta.

Recordé que hoy llegaba mi madre de Francia y supuse que quizás quería que yo fuera al aeropuerto para recogerla.

Casi al instante que me levanté de la butaca para ir a la casa a preparar el coche, mi celular empezó a sonar.

Era mamá, - Stephan, querido ya llegué, iré primero a casa de tu padre, haré unas cosas allí y luego iré a visitarte, ¿vale?. Por cierto, ¿dónde estás? -dijo muy contenta.

-Estoy en la casa de campo mamá, si la conoces, puedes venir si gustas o avísame y yo iré a recogerte -No te preocupes hijo, yo iré para allá - dijo mamá antes de despedirse. -Está bien, aquí te espero.

Mamá era una persona muy entusiasta, le gustaba mucho viajar y conocer lugares nuevos.

Había recorrido casi toda Europa y parte de América. En su último viaje a México había traído una radio algo antigua comparada con las que tenemos en la actualidad, y con ella, muchos cassettes de diferentes artistas.

Mamá era melómana, amaba la música más que a nada en el mundo. Era fanática de Queen, Kiss  y muchas bandas más.

Pero en este viaje había regresado con gustos musicales nuevos. Había traído música de José José, Camilo Sesto, Ricardo Montaner  entre otros.

Sinceramente yo nunca había escuchado canciones de estos artistas. Salvo de José José, la única que me sabía era lo pasado pasado y ni del todo bien de hecho. Ya que cada que la cantaba solía cambiarle la letra a la canción.

Poco a poco me fui familiarizando con este nuevo género musical, a tal punto que se convirtió en uno de mis preferidos. José José se había convertido en mi cantante favorito. Y fue así que descubrí muchas más canciones de él.

-Recordé que dentro de unos días tendríamos una especie de fiesta. En realidad era una gala benéfica, todos los magnates estarían allí para apoyar a distintas fundaciones.

Y como era costumbre, mi familia no podía faltar, de hecho mamá había regresado justo por eso. Una vez que la gala terminase mamá regresaría a Francia.

Amarte Hasta La EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora