Capítulo 8 "Una caja de Pandora"

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Stephan

El reloj marcaba las 5:30 AM y seguía sin poder dormir. Me había pasado toda la noche sin poder conciliar el sueño, y si de pronto lograba cerrar los ojos, los recuerdos de mamá hacían que me despertara casi al borde del llanto.

Me levanté en medio de la oscuridad de mi habitación y me dirigí al armario en busca de mi ropa para el día de hoy. La junta del directorio se había postergado para el día martes debido a un error de organización por parte de Liam, algo que era inusual en su persona ya que siempre tenía todo en orden.

Al abrir el armario me di cuenta de que sobre un pequeño compartimiento del mismo, reposaba la pequeña reproductora que me había regalado mi madre, junto a una caja que contenía una gran cantidad de cassettes totalmente nuevos.

Camilo Sesto, José Luis Perales, Sandro, Jeanette, José José, Raphael, Roberto Carlos 

Entre otros artistas y grupos que conformaban esa gran cantidad de música contenida en esos pequeños artefactos.

Cuando me disponía a colocar uno de estos en el reproductor, escuché unas pequeñas carcajadas que venían de la cocina. Esto era algo extraño ya que tanto el mayordomo como la ama de llaves solían trabajar en completo silencio. Salí de la habitación y caminé hacia la cocina. Al ingresar me di con la sorpresa de que Aleska estaba allí, ayudando y riéndose junto al mayordomo y a la ama de llaves.

-¿Tan temprano y despierta? -Pregunté adormitado   

   -Podría decirte lo mismo a ti -Respondió con ironía. 

-Señor disculpe, la señorita insistió en ayudarnos a preparar el desayuno, intentamos disuadirla pero no aceptó, espero no se moleste. -Interrumpió la ama de llaves  -No me molesta pero, Aleska se supone que eres mi invitada, no deberías estar aquí. -Precisamente porque soy tu invitada decidí ayudar, no voy a tolerar estar sin hacer nada aquí y pues no me molesta en nada ayudar. -Me ayudarás con lo de la empresa, hoy tenemos junta de directorio. -Respondí

-Shhh. -Dijo sonriendo -Antes de eso, el desayuno ya está listo. ¿Quieres probar lo que hicimos? 

Sin pensarlo dos veces acepté, el hambre me tenía preso y no voy a negar que aquel desayuno despedía un aroma exquisito. Era la primera vez que no tenía una comida monótona, y al parecer eso seguiría así mientras Aleska permaneciera en casa.

La ojiverde muy amable me sirvió el platillo principal acompañado de jugo y otras cosas más, tomó un tenedor y un cuchillo, cortó un pedazo y lo llevó a mi boca. 

-Cierra los ojos y prueba -Dijo la Rusa con una sonrisa.

Hice caso a lo que me dijo, me acerqué, recibí el bocado y empecé a saborearlo. En mi paladar se sentía como poco a poco aquella exquisita carne iba soltando su fascinante sabor... -y... ¿te gustó? -Preguntó algo temerosa.

-Ummmm, esto, ¡ESTO ESTÁ EXQUISITO! -Exclamé luego de probarlo -¿Cómo se llama esta delicia? -Pregunté exaltado.                                                                                                                                               -Jajajaja -Rio Aleska -Me alegra que te haya gustado. Su nombre es Shashlík  y es un plato típico de mi país.

-Aleska esto está muy rico, pero que esperas. Siéntate y come conmigo -Le dije con una pequeña sonrisa en el rostro.

Y así fue que entre risas, sorpresas, un par de ojos bonitos y un exquisito desayuno, empezaba mi día. La Rusa se sentó frente a mí, y clavó sus ojos verdes sobre los míos. Al parecer esta especie de lenguaje no verbal se estaba haciendo más frecuente entre ambos, la usábamos solo cuando no habían palabras de por medio, como si las miradas pudieran decirse algo mientras nosotros callábamos.

Amarte Hasta La EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora